lunes, 14 de octubre de 2013

Startup nation

Todos los países quieren emular su propio Sillicon Valley, y desarrollar dentro de sus fronteras un distrito tecnológico que cuente con el ambiente propicio y los incentivos adecuados para inspirar el nacimiento y desarrollo de multitud de jóvenes compañías lideradas por veinteañeros, que conviertan al país en una referencia mundial en el terreno de las nuevas tecnologías.

Está la London Tech City, la berlinesa Silicon Allee, las 1000 startups de París, o, aquí en España y a una escala más modesta, la incubadora de startups de Telefónica, Wayra.

Y sin embargo, ¿qué ciudad es la que, en la práctica, se está configurando como la segunda capital mundial del desarrollo tecnológico, cuenta con más de 5.000 startups (más que toda Europa) en una industria que da empleo a 230.000 personas y atrae proyectos de I+D de las principales empresas de todo el mundo? Pues no es ni Berlín ni ninguna de las mencionadas. Le baña las aguas del Mediterráneo, pero, por desgracia, no es Barcelona. Está justo en el otro extremo: Tel Aviv.



Sí, Tel Aviv. La ciudad costera israelí alberga algunas de las grandes historias de éxito empresarial en esta era de internet 2.0 Y la emergencia de un ecosistema de emprendedores dispuestos a poner en marcha múltiples proyectos tecnológicos no está pasando desapercibido para las grandes multinacionales.

Facebook acaba de anunciar la compra de Onavo, una empresa que optimiza la gestión de los smartphones, y de paso, provee a los anunciantes con herramientas de análisis del comportamiento de sus propias aplicaciones. La operación puede alcanzar los 200 millones de dólares, y a través de ella, la empresa de Mark Zucjerberg va a aprovechar para instalar su primera oficina en el país.

Otra empresa israelí muy popular entre los usuarios de su aplicación, Waze, que permite a los conductores guiar su coche por la mejor ruta posible en el tráfico de la ciudad, fue adqurida hace meses por Google por nada menos que mil millones de dólares.

En esa misma ciudad se han creado firmas como Viber, Tracx o GetTaxi y cada día se ponen en marcha infinidad de nuevos proyectos. No sorprende que el sobrenombre de Startup Nation se haya comenzado a adjuntar al hablar de Israel, o que empresas como Microsoft, Google o Samsung hayan decidido instalar allí sus aceleradoras de empresas. Según Microsoft, un 85% de los graduados de sus dos primeros cursos consiguieron financiación para sus startups superior al millón de dólares. Impresionante. O que 700 de estas pequeñas compañías hayan conseguido en los últimos meses financiación de empresas de capital riesgo. ¡700!

¿Y qué hace a Tel aviv y los israelíes tener tanta facilidad para desarrollar proyectos tecnológicos de vanguardia? La respuesta probablemente no sea sencilla. Unas políticas públicas que animen e impulsen este tipo de clima empresarial, más una legislación que no coarte el emprendimiento, sin duda ayudarán. Pero tiene que haber más factores. En este reportaje de la BBC se apuntan a otra serie de razones, relacionadas con el asunto por el que Israel está habitualmente en las noticias...

Quien sabe, lo mismo el entrenamiento militar que reciben los jóvenes israelíes (de tres años de duración) con su preparación para resolver problemas e idear soluciones improvisadas, más la gran cantidad de ingenieros que produce el país (en ingenieros per cápita Israel ocupa el número uno del mundo) conforman el caldo de cultivo adecuado para la creación de una auténtica start up nation...

Eso sí, tampoco parece que en San Francisco, cuna del auténtico Sillicon Valley, sean muy marciales ni que les vaya el rollo militar, pero en fin...