sábado, 29 de diciembre de 2012

Energía

Esta se suponía que debía ser la era de las energías renovables. La idea era que las energías tradicionales, con su dependencia de combustibles fósiles, o de procesos altamente peligrosos en el caso de la nuclear, eran energías que pertenecían al pasado, y poco a poco iban a ir cediendo el terreno frente a nuevas alternativas, la energía eólica, la energía solar, limpias, no contaminantes y sostenibles; vamos, el futuro.

Y probablemente terminarán siendo el futuro, pero lo cierto es que aún vamos a tener que esperar un tiempo a que se haga realidad. Porque en estos años, dos cosas han sucedido. La primera, que el término "energías renovables" ha adquirido una connotación nada positiva: se ha vendido la imagen de la energía renovable como toda aquella que depende de subvenciones públicas para su desarrollo, y a pesar de que tiene un coste económico muy superior al del resto de energías, es promovida por los distintos gobiernos para alimentar su imagen medioambiental.

Se pone como ejemplo el anterior Gobierno de España, cuyo presidente fue un defensor acérrimo de estas compañías, que recibieron un gran apoyo oficial y ello generó una burbuja verde que se ha pinchado una vez que el nuevo Ejecutivo ha decidido no renovar esas subvenciones.

La otra cosa importante que ha sucedido en este tiempo ha sido la emergencia del gas natural no convencional (shale gas) al que se accede mediante técnicas de fracturación hidráulica del subsuelo, posibles gracias a los avances tecnológicos, que está suponiendo una revolución tal en el mercado energético mundial que su principal impulsor, EEUU, ha conseguido rebajar sus emisiones contaminantes a su nivel más bajo en 20 años, y además, el país lleva camino de arrebatar a Arabia Saudí el primer puesto como productor de petróleo del mundo.

Es decir, que gracias a las nuevas tecnologías de extracción, EEUU puede, de la mano de los combustibles almacenados en su subsuelo, hasta ahora inaccesibles, recobrar de un plumazo su independencia energética, con las consecuencias económicas y geopolíticas que todo ello puede suponer. China ya se ha embarcado en su propios proyectos de fracking. En Europa, existen aún dudas sobre las ventajas y los riesgos de esta nueva tecnología.

Lo que es indudable es que es barata; el gas natural, como consecuencia de la abundancia encontrada, está en su precio más bajo en los últimos 35 años en EEUU, lo cual hace las cosas aún mucho más difíciles para las compañías de energías renovables, que tras años de exuberancia irracional han comenzado a sufrir.

Tampoco le han ido mejor las cosas a las energía limpia aplicada al sector del automóvil. El coche eléctrico no termina de despegar, el negocio de fabricación de las baterías eléctricas no ha cuajado todavía, y para colmo, los fabricantes de motores convencionales se han puesto las pilas y han desarrollado nuevos motores de combustión que reducen el consumo en un 50%, es decir, lo mismo que los motores híbridos, y encima cuestan mucho menos, en lo que es sin duda uno de los grandes avances tecnológicos de este 2012.

Y sin embargo, no hay que perder la esperanza con las energías renovables, porque su tiempo terminará llegando, y quizá no dentro de tanto como algunos desearían. Porque no es menos cierto que en estos años también se han producido avances en este terreno.

Por ejemplo, ¿sabe que la energía eólica ya proporciona el 2% de la energía mundial, y que su capacidad instalada se está doblando cada tres años? Si esa tasa de crecimiento se mantiene en la próxima década, la energía eólica sobrepasará a la nuclear como fuente de energía utilizada a escala mundial.

La energía solar está aún lejos de alcanzar la aportación de lo que produce el viento, y además se ha visto más asociada en el inconsciente colectivo con el inflado de la burbuja renovable de estos años; y sin embargo, el potencial que posee esta energía sigue siendo enorme. De hecho, la energía solar tiene tanto potencial que es capaz de modificar por completo el mapa de producción de electricidad del futuro.



Esto que ven aquí es la ley de Swanson, según la cual el coste de las células fotovoltaicas necesarias para generar energía solar cae un 20% cada vez que se dobla la capacidad instalada de la industria. De hecho, los módulos actuales cuestan ya menos de un dólar por vatio, mientras que en una planta eléctrica alimentada con carbón el coste es superior a los tres dólares por vatio. Es decir, que la energía solar ya es capaz de competir favorablemente, y sin subsidios, con las partes más caras del proceso de generación tradicional de la energía.

Y además, algunas compañías están desarrollando innovaciones tecnológicas que hacen frente a algunos de los granses handicaps hasta ahora encontrados por esta energía; por ejemplo, determinados avances permiten a estos módulos solares almacenar la energía para los periodos en que no haya sol.

Para cuando eso suceda y estas técnicas puedan competir cara a cara con las energías tradicionales, sin subvenciones y sin favoritismos gubernamentales, será el momento en que sin duda comenzaremos a hacernos preguntas incómodas sobre cuestiones que estos años han pasado por verdades aceptadas por todos. ¿Les suena el término "déficit tarifario", o el de "costes de transición a la competencia"?...

viernes, 28 de diciembre de 2012

Japón

Ha pasado en España bastante desapercibida la llegada al poder de Shinzo Abe en Japón, recuperando para los conservadores un Gobierno que perdieron hace tan solo tres años y que habían mantenido desde el final de la segunda guerra mundial. Es lógico que la elección de un nuevo primer ministro japonés no haga parar las máquinas a ningún medio de aquí, teniendo en cuenta que Abe es el séptimo primer ministro japonés elegido en los últimos seis años. De hecho, ni siquiera es la primera vez que leemos esta noticia, puesto que Abe ya ejerció el cargo durante 12 meses entre 2006 y 2007.



Y sin embargo, habría que seguir muy de cerca lo que haga este hombre en los próximos meses, pues las consecuencias de sus actos se pueden sentir a lo largo y ancho de toda la economía mundial. ¿Y eso por qué? Pues resulta que Shinzo Abe ha llegado al poder con intención de realizar cambios muy radicales, que de salir adelante, podrían modificar por completo el panorama de la economía japonesa.

Por ejemplo, quizá hayan observado que el yen no ha dejado de caer desde que este hombre ha sido elegido primer ministro. De hecho, se encuentra en mínimos de los dos últimos años contra el dólar. Esto es así porque Abe ha dejado claro que quiere acabar de una vez con todas con la deflación que azota al país desde hace dos décadas, y para ello quiere poner un objetivo de inflación del 2% (Hace 15 años de la última vez que Japón tuvo una inflación tan alta como esa). Y también quiere insuflar aire a la economía japonesa con un programa de estímulo keynesiano de 100.000 millones de dólares.

Pero lo más importante y revolucionario de los planes de Abe no es instaurar un objetivo de inflación o anunciar programas de inversión grandilocuentes. Al fin y al cabo, no sería la primera vez que Japón se fijara esos objetivos de política monetaria o esos planes multimillonarios de inversión, luego siempre incumplidos. Lo que verdaderamente puede constituir un game-changer en esta historia es que, para cumplir esos objetivos, Shinzo Abe está dispuesto a acabar con la sacrosanta independencia del Banco de Japón y unificar la política monetaria y la política fiscal bajo una misma dirección, la suya, con un fin: acabar con la deflación, y mediante una estrategia: la monetización del déficit.

Es decir, que por primera vez desde los años 80, hay en Japón un tipo que está dispuesto a tomar el toro por los cuernos y afrontar en serio la resolución de sus problemas económicos, echando mano incluso de medidas no convencionales como el recurso a las máquinas de impresión de dinero.

Por supuesto, la jugada no está exenta de inconvenientes y riesgos. La pérdida de independencia de una institución monetaria nunca es una buena noticia. Además, Japón, con una deuda pública equivalente al 220% de su PIB, no presenta precisamente una situación fiscal boyante, que digamos. No habría que descartar que en estas circunstancias los mercados dejaran de considerar un activo tan seguro a la deuda pública japonesa, con el correspondiente incremento de sus costes de financiación.



Pero también hay ventajas. Como Ben Bernanke siempre ha dicho, la efectividad de una política destinada a combatir la deflación debe contar con dos ingredientes indispensables y combinados, la política monetaria y la política fiscal. Esta percepción ha permitido a EEUU actuar en consecuencia y evitar caer en algunos de los errores en los que cayó Japón.

Que ahora el país asiático esté dispuesto a rectificar el rumbo y monetizar deuda para acabar con dos décadas de deflación y de caída en el valor de los activos (la cotización del Nikkei es hoy un 70% inferior a la de finales de los 80) es algo realmente novedoso en la economía mundial.

Los riesgos son considerables, pero Japón, que ya ha sido adelantada estos años por China y en la próxima década las dos principales potencias van a aumentar considerablemente su distancia con el país del sol naciente, no puede permitirse otra década de estancamiento.

martes, 25 de diciembre de 2012

Genómica

Uno de los regalos que estas navidades están teniendo éxito entre personas un poco frikies, y con dinero para permitírselo, es esta caja de 23andme.


No, no es el último modelo de Quimicefa para niños, sino un kit de secuenciación del genoma de uno mismo. Existen ya unas cuantas compañías que comercializan este tipo de análisis, por un precio de unos mil dólares. Las empresas lo publicitan, por un lado, como una forma de conocer aquellas posibles alteraciones genéticas que podrían dar lugar a enfermedades, y por otro, como un método de indagar sobre nuestros ancestros.  

La realidad es que, en la práctica, a día de hoy la utilidad médica de este tipo de información genética es nula, pues la medicina aún no ha llegado a un punto en el que pueda personalizar los tratamientos en función de las características genéticas del paciente.

Pero eso no significa que este tipo de pruebas sean enteramente una pérdida de tiempo y dinero. Porque aún no hemos llegado ahí, pero sin duda nos estamos acercando. Revelador en ese sentido es este fantástico reportaje del New York Times sobre la vida y muerte del premio Nobel de medicina Ralph Steinman, que luchó durante años incansablemente, por desgracia sin éxito, por intentar encontrar una cura para su cáncer, específicamente adaptada a su genoma.

Claro, el profesor Steinman era un científico eminente y tuvo a su alcance los mejores laboratorios del mundo para investigar en posibles tratamientos, algo de lo que no disponen la mayoría de ciudadanos. Otro handicap considerable a la secuenciación del genoma para uso clínico siempre ha sido el de su coste. El primer análisis genético de una persona, hace ahora 12 años, costó nada menos que 100 millones de dólares. Pero este tipo de problemas han ido perdiendo importancia conforme la ciencia ha ido avanzando y se han desarrollado técnicas que han permitido perfeccionar el proceso y, al mismo tiempo, rebajar considerablemente su precio.

Tanto es así que, como decíamos, una secuenciación genética está al alcance de bastante gente, y al ritmo que va, probablemente sea asequible para todo el mundo en el espacio de unos pocos años.


Las repercusiones prácticas de una democratización del genoma humano en el campo de la medicina clínica son enormes. Y las ventajas estadísticas que para los investigadores puede tener el acceso a esta inmensa información genética de la entera población humana pueden ser igualmente colosales.

No sorprende por tanto que compañías que han desarrollado herramientas tecnológicas para realizar la secuenciación genética estén captando la atención de las grandes de la industria farmacéutica. La suiza Roche, por ejemplo, estaría dispuesta a gastarse nada menos que 8.000 millones de dólares en comprar Illumina, una empresa estadounidense que se dedica precisamente a la fabricación de este tipo de aparatos altamente sofisticados.

Por todo ello, a buen seguro que a lo largo de 2013 y de años venideros iremos oyendo más y más del uso clínico de la secuenciación del genoma humano, con dos aplicaciones prácticas en el terreno de la medicina de enorme potencial: el diagnóstico fetal en los embarazos y la exploración de posibles tratamientos contra el cáncer, individualizados en función del ADN de cada paciente.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Corea

El avispero de Oriente Próximo no es el único gran desafío a que se enfrenta John Kerry, el elegido para sustituir a Hillary Clinton al frente de la diplomacia de EEUU por los próximos cuatro años; otro reto igual de importante es el de intentar avanzar hacia la resolución del último rescoldo de la Guerra Fría, situado en la península de Corea.

Tras la segunda guerra mundial, y como consecuencia de la polarización del planeta en dos grandes superpotencias antagónicas, varios países, que fueron escenario de batalla en el conflicto bélico, terminaron divididos en dos, una parte para cada respectiva área de influencia.  Ese tajo artificial a las fronteras de determinados países, decidida por EE.UU y la URSS a finales de los 40 ha sido, transcurrido el tiempo, subsanado en el caso de Alemania y de Vietnam. Pero aún sigue pendiente en Corea.

Preguntados por los mayores enfrentamientos bélicos del siglo XX, la gran mayoría de los ciudadanos sabría enumerar las dos grandes guerras mundiales, la guerra civil española, la de Irak de principios de los 90, y por supuesto, la icónica de Vietnam. Muchos, en cambio, probablemente no incluirían en esa lista la guerra de Corea, un conflicto olvidado para la opinión pública, a pesar de que causó más de dos millones de muertos y de que, transcurridos más de 62 años, aún sigue condicionando la vida diaria de los 75 millones de coreanos a ambos lados del fuertemente militarizado paralelo 38, la frontera artificial fijada en 1953 por estadounidenses y soviéticos para separar a ambos países, en un armisticio que hoy sigue vigente.



En el Norte, el novato e inexperto Kim Yong Un, nieto de Kim-Il Sung, el primer presidente de la república, que lanzó la invasión contra el sur el 25 de junio de 1950, ha querido, cuando se va a cumplir un año de su acceso al poder tras la muerte de su padre, el excéntrico Kim Yong Il, hacer una demostración de fuerza lanzando un misil de largo alcance y un satélite al espacio.

En el Sur, una mujer se acaba de alzar con el poder por primera vez en la historia coreana. Y sin embargo, poco tiene de hito feminista la llegada de la conservadora Park Geun-Hye, cuyo mayor mérito consiste en ser hija del militar Park Chung-Hee, que en 1971 dio un golpe de estado y gobernó con puño de hierro el país durante 17 años.

La llegada de Park, identificada por la prensa local como la Thatcher o la Merkel surcoreana, de 60 años, soltera y sin hijos, supone por tanto su retorno a un palacio presidencial que conoce bien desde niña. Se da la circunstancia que a la nueva presidenta le tocó ejercer como primera dama de su propio padre tras el asesinato de su madre por un grupo terrorista norcoreano, algo que sin duda condicionará las relaciones con su vecino del norte durante su mandato.

Y es que el paso de las décadas no solo no ha incrementado el ansia de reunificación de ambos países, sino que probablemente los ha ido separando poco a poco. En primer lugar, en el terreno económico, donde Corea del Sur ha protagonizado uno de los milagros económicos del último medio siglo, emulando a su vecino Japón en su apuesta por la economía de mercado, pero desde una óptica particular, encarnada en el modelo de los grandes conglomerados industriales que detentan todo el poder económico, los chaebols, y que han dado origen a auténticos imperios internacionales como Samsung, Hyundai o LG.

Corea del Sur está ya entre las 15 principales economías del planeta (está próxima a superar el tamaño de la economía española). Mientras, Corea del Norte permanece anclada en un modelo estalinista de economía planificada y autárquica, que ha condenado a sus habitantes a periódicas hambrunas y pobreza generalizada.  Su PIB en 2011 fue de 40.000 millones de dólares (por más de 1 Billón en Corea del Sur).


Pero las dificultades para el entendimiento entre ambos países no son solo económicas. A ese desafío ya se enfrentó Alemania, y aunque no sin dificultades, ha conseguido superarlo con éxito. El problema fundamental para una reunificación de las dos coreas ahora mismo sería, por encima de todo, político. Porque si ha dejado de existir la Unión Soviética, una de las dos grandes superpotencias que en 1953 fijaron sus distintas áreas de influencia en territorio coreano, otra gran superpotencia mundial de estos inicios del siglo XXI ha tomado el testigo: China.

El apoyo chino a Corea del Norte no es testimonial, y viene de lejos. De hecho, en la mencionada guerra de los 50, China fue el país con más bajas en el conflicto, 800.000, y la potencia militar china fue la que evitó que el General MacArthur se plantara en Pyongyang en su contraofensiva tras la invasión norcoreana del sur.

Todo ello, unido al cambio de liderazgo en el propio gigante chino, escenificado ya pero no efectivo hasta el próximo marzo, más el retorno al poder del conservador de línea dura Shinzo Abe en Japón, configuran un momento geopolítico repleto de incertidumbres en todo el sudeste asiático, y sin duda, una fuente potencial de grandes quebraderos de cabeza para Estados Unidos y para su flamante secretario de Estado.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Bolsas y Mercados

Ha pasado bastante desapercibida en España la compra de la Bolsa de Valores de Nueva York por parte de un mercado rival, el Intercontinental Exchange (ICE). Y sin embargo, la operación me parece relevante, no solo por su tamaño, que, con más de 8.000 millones de dólares, la convierte en una de las más importantes de los últimos meses, ni tampoco por el hecho de que la institución absorbida tenga más de dos siglos de historia, sino por las consecuencias que se pueden extraer de esta adquisición, y que se pueden resumir en la siguiente cuestión: ¿Ha dejado de ser rentable la negociación de acciones en la bolsa?



Me explico. Resulta bastante chocante que ICE, propietaria de un mercado con sede en un sitio tan poco glamuroso (en relación con las finanzas) como Atlanta, y fundada hace tan solo 12 años, vaya a ser la nueva dueña de una institución creada poco después de la Revolución francesa, en el año 1792. Y que además pase a controlar Euronext, un mercado electrónico que gestiona las plazas de París, Amsterdam, Bruselas y Lisboa.

Sucede que ICE, aunque sea una empresa de la que pocos han oído hablar, en realidad, posee una gran ventaja competitiva con respecto a otros mercados: a esta empresa le traen sin cuidado los mercados de valores, pues su apuesta inequívoca es por el mercado de derivados. En concreto, en el Intercontinental Exchange se intercambian derivados de materias primas. Y el auténtico objetivo con la compra del NYSE no es dotarse de un parqué icónico, el de Wall Street, que más allá de su valor como atracción para turistas, ofrece ya poca rentabilidad a sus gestores, sino acceder al Liffe, el mercado de derivados financieros con sede en Londres y controlado por NYSE Euronext.

¿Y esto por qué? Pues porque ya hay muchos mercados de valores en todo el mundo, y la realidad es que casi ninguno gana mucho dinero. En cambio, hay pocos mercados de derivados, y éstos son enormemente rentables. No es casualidad que el actual presidente de Goldman Sachs comenzara su carrera como un corredor de derivados de materias primas.

Cada vez se realizan menos transacciones en los mercados de acciones, y más en los mercados de derivados. Más aún, como explica Felix Salmon, los propios traders bursátiles se están convirtiendo ellos mismos en mercados de acciones, que controlan, al margen de los mercados oficiales, la negociación bursátil mediante borrosas entidades que parecen tomar su nombre de una novela de Tolkien: lagunas oscuras.

Es decir, que la negociación en las bolsas de todo el mundo se ha convertido en una industria de prestigio pero muy poco rentable, como demuestra el hecho de que los grandes bancos están desmontando sus estructuras de trading en acciones, que los hedge funds por lo general evitan todo lo que tenga que ver con equities, y que los propios inversores minoristas, castigados por la situación económica, cada vez están menos interesadas en las acciones.

Esta tendencia de declive en la negociación de valores bursátiles la podemos constatar en el informe de resumen del año recientemente publicado por BME, operador de la bolsa española. En él (pág. 39) se atribuye a este año un volumen de negociación en el entorno de los 700.000 millones de euros, bien lejos de los 1,6 Billones que se negociaron justo antes de la crisis, en 2007.

Las bolsas están en crisis, pero de ahí a asumir que estamos ante el final de la negociación bursátil hay un trecho, no nos vaya a ocurrir como a esta memorable portada de Businessweek, del año 1979...

martes, 18 de diciembre de 2012

Por qué nuestros hijos deberían estudiar chino

Desde hace tiempo ha existido consenso entre todos los expertos en que antes de que terminara este siglo China sería ya la potencia dominante del planeta. Un estudio reciente de un think tank estadounidense acelera esa pérdida de la hegemonía mundial del país,  hasta el punto que China será la mayor economía de la tierra ya en menos de dos décadas.

Y esto es así porque los parámetros con los que se había calculado el ascenso a la supremacía del gigante asiático están basados en modelos del pasado; lo que ocurre es que las dinámicas que están detrás de los movimientos ascendentes y descendentes de las economías en plena era de la globalización no tienen semejanza con nada de lo registrado antes por el ser humano.

Es lo que pone de manifiesto un informe elaborado este año por la consultora McKinsey, en el que se llega a la conclusión que el cambio en el centro de gravedad mundial se está produciendo a una velocidad nunca antes observada. Observen si no este gráfico que analiza la evolución del centro de gravedad económico mundial en los últimos mil años.

Rapid shift in the world's economic center of gravity happened between 2000 and 2010

Al Reino Unido le costó 154 años, desde el inicio del siglo XVIII y hasta mediados del XIX, doblar su PIB. China y la India lo han logrado en 12 y 16 años respectivamente, desde finales del XX hasta ahora.

La crisis está acelerando ese proceso aún más. En 2007, el PIB de las principales ciudades chinas representaba un 20% de las principales ciudades de EEUU. Tres años después, ese porcentaje casi se ha doblado, hasta el 37%.

En 2025, el PIB de las 600 mayores ciudades del planeta representará un 65% de la riqueza mundial, según el informe. Las 440 principales ciudades emergentes representarán casi la mitad (47%) del crecimiento económico mundial de aquí a 2025. De aquí a 2025, se incorporarán mil millones de nuevos consumidores en los mercados emergentes.

Más datos relevantes del informe de Mckinsey: En la lista de las 20 ciudades con mayor crecimiento económico entre los consumidores de mayor poder adquisitivo de los próximos 15 años, no aparece ninguna europea. Las tres primeras son Shangai, Pekín y Tokio, y entre las 10 primeras cinco son chinas.

Es decir, que si yo soy el presidente de una multinacional sopesando donde posicionar mi empresa para colocarla en disposición de beneficiarse del crecimiento mundial durante las próximas décadas, puedo tener dudas sobre el lugar a elegir. Pero de una cosa estaré bastante seguro: no voy a apostar por Europa.

Y mientras aquí, seguimos con nuestra cortedad de miras, perdidos en debates estériles de terruño. En toda España y en toda Europa.




viernes, 14 de diciembre de 2012

Leap Motion



¿Recuerdan la película Minority Report, en la que Tom Cruise controlaba los ordenadores mediante gestos de sus manos? Pues ahora vean este vídeo:


No es ciencia ficción, es un aparato del tamaño de una caja de cerillas, Leap, diseñado por una startup, Leap Motion, que puede ser el invento más revolucionario en el ámbito informático desde hace bastantes años. Lo que hace Leap es conectarse al ordenador mediante un cable USB, y utilizar sus dos cámaras y sus LEDS infrarrojos para detectar de forma intuitiva los movimientos de las manos con una precisión equivalente a la centésima parte de un centímetro.

Ya existían aparatos capaces de replicar el movimiento del cuerpo, el más conocido de todos sin duda el Kinect de Microsoft, que ha apostado mucho por esta tecnología, pero eran aún poco fiables e ineficaces para su uso como herramienta de trabajo. Leap, sin embargo, parece haber llevado la tecnología a una nueva dimensión.

La empresa, fundada por dos amigos de la infancia, uno científico de la NASA, David Holz, y otro emprendedor en Sillicon Valley, Michael Buckwald,  va a empezar a comercializar su invento a principios de 2013, y ya está aceptando pedidos; cada aparato cuesta 70 dólares. Pero lo más importante es que sus responsables están permitiendo que cualquier informático desarrolle aplicaciones utilizando la tecnología de Leap Motion, con la vista puesta en crear una suerte de app store. Estos frikies por ejemplo ya han conseguido mover una especie de helicóptero de juguete con el movimiento de sus manos.


¿Se imaginan las inmensas aplicaciones que puede tener una tecnología así en todos los ámbitos de la actividad diaria? Son tan enormes que uno se pierde pensando en ello.

Por no hablar de la revolución que puede suponer pasar de las dos a las tres dimensiones mediante el uso de las propias manos ¿Si le dan a elegir, qué prefiere, utilizar la batuta de director de orquesta como si realmente tuviera una batuta, o tener que dibujar el movimiento de la batuta con su dedo sobre una superficie? Pues Leap Motion está ya trabajando en adaptar su tecnología a los teléfonos y tabletas. Piense en lo que esto puede significar para tecnologías existentes hoy en día, como los smartphones, que funcionan mediante pantalla táctil. Desde luego parece el fin de los ratones como accesorio informático... 

El mundo está cambiando a una velocidad de vértigo, y mientras, aquí en España perdiéndonos en nuestras peleas políticas cotidianas

martes, 11 de diciembre de 2012

Grecia

A la espera de conocer este miércoles los resultados definitivos del programa de recompra de bonos recién realizada por el Gobierno griego como parte del acuerdo alcanzado con la Troika a cambio del nuevo tramo de ayuda del rescate financiero del país, dos consecuencias inapelables se pueden extraer de todo este proceso.

1.- In financial crises, private debt becomes eventually public debt.



Es un principio económico defendido por Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff que se está cumpliendo al dedillo en el caso de Grecia, como explica Nuño Rodrigo en este post. Una gran parte de la deuda griega que al principio de la crisis estaba en manos de bancos alemanes y franceses ha terminado asumiéndola usted y yo, así como los contribuyentes de todos los países de la eurozona.

Y otra parte nada desdeñable se ha transferido de los bancos griegos al sector público a través del mencionado programa de recompra de bonos. Porque puede haber hedge funds internacionales que no las tengan todas consigo sobre si es una buena idea acudir al canje, pero los pobres bancos griegos, absolutamente privados de capital y totalmente dependientes de los fondos públicos para su supervivencia, no tienen más remedio que acudir en masa y desprenderse de sus 15.000 millones de euros en bonos públicos.

Por si acaso, las autoridades del país no se han andado con sutilezas, y en esta nota de prensa utilizan un tono más bien amenazante para convencer a todos los tenedores de deuda griega sobre lo que les podría pasar si no acuden al programa de recompra. Observen en particular este párrafo:


"Holders that have not tendered so far can still take advantage of the liquidity opportunity
offered by the Invitation. Investors should bear in mind that even if Greece accepts all bonds
tendered in the Invitation, it will continue to engage with its official sector creditors in considering
further steps to put its debt on a sustainable path. Future measures may not involve an
opportunity to exit investments in Designated Securities at the levels offered for this buy back.”

En otras palabras, como explica Felix Salmon, que usted puede no acudir al canje y confiar en que se le repague todo al vencimiento, o aceptar ahora 33 centavos por cada dólar. Teniendo en cuenta que Grecia depende de la voluntad de sus socios comunitarios y que es previsible que el país tenga que tomar nuevas medidas para garantizar su sostenibilidad, ¿seguro que realmente quiere mantener esos  bonos?

2.- Lo que nos lleva a la segunda y última consecuencia, que casi parece una certeza a la luz de ese párrafo, en el sentido de que una nueva reestructuración de la deuda griega, es decir, una nueva quita, una nueva suspensión de pagos, que en este caso afectará también al sector público, es inevitable para Grecia, aunque probablemente no la veamos hasta 2014, cuando hayan pasado las elecciones alemanas del otoño que viene.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Mario Monti

La democracia es sin duda el mejor de los sistemas políticos conocidos, y creo firmemente que no hay verdadera democracia sin representación política. Pero el experimento Monti, vivido por Italia en los últimos 13 meses y ahora a punto de concluir, debería llevar a muchos politólogos a reflexionar aún más a fondo sobre estas cuestiones.

Tras la espantada de Silvio Berlusconi en noviembre de 2011, Mario Monti asumió las riendas del Gobierno de Italia por orden directa del directorio europeo, sin elecciones de por medio. Un tecnócrata no elegido por los ciudadanos tomaba las riendas de la tercera economía del continente. Muchos se echaron las manos a la cabeza, la crisis se estaba llevando por delante no solo la economía sino la democracia en Europa.

En el momento en que Monti asumió el poder, el país estaba al borde del colapso. La prima de riesgo había superado los 600 puntos y se encontraba en niveles en los que otros países habían sido rescatados, aquí en España (cuya prima de riesgo era 150 puntos más baja que la de Italia) el Gobierno de Zapatero trataba de distanciar los destinos de uno y otro país para no verse arrastrado por la posible caída de Roma, y todo el mundo coincidía en que Italia era sin duda el mayor peligro para la supervivencia del euro.

Nada más llegar Monti se nombró a si mismo a un tiempo primer ministro y ministro de economía, y embarcó a su país en un frenético programa de reformas denominado "Salva Italia". En Madrid, Mariano Rajoy tardó unos meses en comprender que no era ya el candidato del PP, sino el presidente de un Gobierno que tenía que tomar decisiones desde el minuto uno. Solo siete meses después de la llegada de uno y otro al poder, en junio de este año, las tornas habían cambiado 180 grados. España era la gran amenaza europea, e Italia temía el contagio español. La prima de riesgo italiana era ya 100 puntos más baja que la española.

No solo eso, en la cumbre europea de finales de ese mes, el tecnócrata se reveló como un político de pura raza y fue capaz de torcer la voluntad de su mentora alemana con un farol de poker que abrió la puerta a una futura unión bancaria, que hoy día, aún con retrasos y recelos, se está conformando como el principal pilar en la estrategia de resolución de la crisis europea. Se podría afirmar que las dos personas que más han hecho en el último año por el sostenimiento del proyecto político y económico europeo son italianas, y las dos se llaman Mario. Uno es presidente del BCE, y el otro es primer ministro de Italia.


Cierto, no todo ha sido de color de rosas para Monti estos meses, ni mucho menos. Las duras medidas que ha tenido que adoptar han generado mucho descontento entre sus conciudadanos.  La diferencia fundamental estriba en que nunca prometió algo distinto. Monti no es un político, ni hizo campaña con un programa que luego haya incumplido, simplemente se ha dedicado a decirle a los italianos la dura verdad, sin preocuparle las consecuencias políticas que sus actos pudieran tener en el electorado, porque no pensaba presentarse de todas maneras a ningunas elecciones.

Tampoco ha traído, podrán argüir otros, ni la recuperación del crecimiento ni la creación de empleo. Italia se contraerá este año un 2,3%, y el desempleo ha crecido tres puntos en un año. Pero no se puede olvidar el contexto de recesión en que se halla Europa entera, y la especial sensibilidad de la economía italiana a la evolución de sus socios comerciales. Porque Monti puede ser un gran gestor, pero no es el mago Merlin.

Por todo ello, se ha producido en estos meses una gran contradicción en Italia. Mientras Italia recuperaba la confianza de los mercados y de sus socios comunitarios, mientras Roma reconquistaba una posición central en la cocina de las grandes decisiones de Bruselas, los ciudadanos italianos veían cada vez con menos confianza la gestión de su Gobierno. 


Claro que, para un país en el cual el populismo de sus líderes está detrás de muchos de sus males actuales, por una vez no está mal que se haya prestado más atención a la gestión eficaz que a la satisfacción de las masas.

Porque este hombre, al que no le tembló el pulso para atacar la posición de monopolio de Microsoft en los años 90, se ha atrevido también a intentar meter mano a los grandes lobbies corporativos y a las castas profesionales que tanto frenan el crecimiento del país transalpino. Hasta se ha atrevido con la Iglesia, tema tabú en Italia. Con razón muchos italianos tienen motivos para estar cabreados con Monti...

A partir de ahora, y una vez conocida la renuncia irrevocable del primer ministro una vez que se consigan aprobar los presupuestos del año que viene, y el anuncio del regreso de Silvio Berlusconi como candidato a las próximas elecciones de primeros de año, no está nada claro hacia donde se van a dirigir los destinos del país en el más inmediato futuro, si se mantendrá la senda de rigor de estos meses o se volverá a las andadas (lo cual para Rajoy no es necesariamente malo). Lo que es seguro es que esta mañana habrá que agarrarse, porque en los mercados vienen curvas. 

jueves, 6 de diciembre de 2012

Ransomware

El timo de la herencia nigeriana ya ha pasado de moda. Ahora lo que está causando furor entre los cacos cibernéticos es el ransonware, que consiste en aplicar a los tiempos online que vivimos el secuestro con exigencia de pago de rescate a cambio de la liberación. En este caso, eso sí, no se secuestra a la persona, sino a su ordenador.

Lo explica el New York Times en este interesante artículo. Los ladrones informáticos hackean su equipo de la siguiente manera: Usted abre su ordenador y se encuentra con un mensaje, con un logo de las autoridades de su país, avisándole que ha infringido la legislación, por descargarse material de sitios ilícitos (porno), y por tanto se ha procedido al bloqueo de su equipo, que solo podrá ser desbloqueado a menos que pague la correspondiente multa.

 

Alternativamente, puede encontrarse su ordenador bloqueado, y con la imagen fija en pantalla de imágenes pornográficas; para recuperar el control de su PC les exigen dinero a cambio. Los asaltantes, de los cuales se han identificado hasta ahora 16 grupos organizados, cambian sus mensajes en función del país de la víctima, en EEUU usarán logos del FBI, en otros países adaptan su imagen e idioma al destinatario.   
Muchos pensarán, bueno y ¿quién puede ser tan primo como para caer en estas tretas? ¿Por qué no llevar el equipo a formatear y ya está? Pues el caso es que caen más gente de lo que podríamos pensar. Algunos, ante la disyuntiva de tener que pasar la vergüenza de que la gente piense que ha estado visitando páginas web porno (los criminales, astutamente, suelen infectar a los usuarios de estas páginas, lo que posteriormente confiere credibilidad a sus avisos legales) , otros, porque no tienen un backup de archivos importantes en su ordenador que necesitan recuperar urgentemente, y otros, simplemente por pura ignorancia. 

Al igual que sucedía con el timo de la estampita nigeriano, a los estafadores no les importa que la gran mayoría de sus víctimas no muerdan el anzuelo, les basta con que una mínima parte de ellos lo haga para obtener unos ingresos enormes. El rescate que piden puede rondar entre los 100 y los 400 dólares. Para entregarlo, deben facilitar los datos de su tarjeta de crédito. 100 euros por esta operativa puede parecer poco, pero un experto informático francés consiguió infiltrarse en los equipos uno de estas bandas y descubrió que en un solo día habían sido capaces de hackear casi 19.000 ordenadores, lo que arroja unos ingresos de 400.000 dólares. No está mal por un día de trabajo. 

Y lo peor de todo es que en la mayoría de los casos, el hackeador ni siquiera desbloquea el ordenador de la víctima después de recibido el pago. Así que cuidado con el ransonware, según los expertos la principal amenaza cibernética para los próximos años.