viernes, 30 de noviembre de 2012

Salarios

Existe la convicción generalizada de que, para que España recupere la competitividad de la economía con respecto a sus socios del norte de Europa, se debe producir un ajuste muy grande de los precios y salarios. El problema es que, por lo visto en los últimos años en nuestro país, es bastante más fácil ajustar lo segundo que lo primero, como explicaba el otro día Manuel V. Gómez en El País.

Y así, las condiciones económicas de los trabajadores se han ido deteriorando progresivamente. El salario más común en España ahora mismo es de 16.000 euros al año. 
Y la participación de los salarios en la renta del país ha ido menguando progresivamente en las últimas décadas, frente a los beneficios empresariales. 


La lógica económica establece que las empresas deben aspirar a obtener los máximos beneficios posibles, pues cuanto más dinero ganen, más dinero podrán reinvertir en la economía, lo que beneficiará a todos. Pero muchas compañías dedican más del 50% de sus beneficios al pago de dividendos.

Y el problema de contar con un número creciente de trabajadores con unas condiciones salariales que no les permite desarrollar su vida de forma digna no es sólo el de generar un caldo de cultivo para una fractura social, sino que cada vez más expertos están preocupándose por las implicaciones que esta abundancia de trabajadores infra-remunerados puede tener sobre la economía en su conjunto.

Felix Salmon lo expone crudamente en este post sobre la economía estadounidense, donde los salarios se han  ido encogiendo progresivamente para los trabajos peor remunerados, de forma que se da la paradoja que ya no hay tanta diferencia entre lo que cobra un trabajador en una factoría de Foxconn en China que lo que cobre un blue-collar worker en América. Es decir, que más que conseguir una equiparación de las condiciones de trabajo de los chinos con Occidente por arriba, nos estamos equiparando por abajo. 

En EEUU es donde esta divergencia entre las condiciones salariales de muchos trabajadores de baja cualificación y el creciente beneficio de las empresas, donde trabajan más claramente se ha manifestado. El poder de compra del salario mínimo es ahora en aquel país un 30% inferior al de 1968.

El caso de Hostess, el fabricante de bollería industrial que quebró a principios de mes, es sintomático en este sentido. Sus trabajadores, expuestos ante la disyuntiva de que sus salarios pasaran de 48.000 a 5.000 dólares al año, prefirieron que cerrara la empresa, aunque perdieran sus puestos de trabajo. Es decir, la compañía ofrecía un salario tan bajo que no fue capaz de encontrar trabajadores que lo asumieran, y como consecuencia, quebró. Es un nuevo giro al significado del término poco competitivo...

Tanto es así que en otras industrias típicamente americanas como el fast food, también existe un creciente descontento entre sus trabajadores. Es el caso de McDonald's, cuyos empleados se están movilizando para ir a la huelga ante las intolerables condiciones salariales de la empresa en EE.UU.

Los salarios y los precios, en una economía competitiva, se determinan por el mercado, y se ajustan solos, pero la realidad es, a veces, algo más compleja, y requiere una reflexión por parte de todos, porque la sociedad en su conjunto no va a salir ganando por un empobrecimiento generalizado de los trabajadores a costa del beneficio de unos pocos. 

lunes, 26 de noviembre de 2012

Canadá

El recién nombrado gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, tiene todas las cualidades para desempeñar el puesto con eficacia: Una amplísima experiencia como responsable de un banco central, mucho prestigio internacional en el ámbito económico; es un gran conocedor de la regulación financiera internacional (era el actual presidente del Consejo de Estabilidad Financiera) y para redondear, como ex empleado de Goldman Sachs, cuenta con la experiencia suficiente como para saber cómo operan las grandes entidades financieras.

Sólo hay un ligero impedimento que en teoría podría haber jugado en su contra a la hora de obtener el puesto como jefe de la institución monetaria británica: Mark Carney es canadiense. De hecho, ejercía actualmente como gobernador del Banco Central de Canadá. La decisión del Gobierno de Cameron ha sorprendido a todo el mundo en la City, pues nunca antes el Reino Unido había designado para un alto cargo público  de tanta responsabilidad a un ciudadano no británico.



Imagínense que el ministro De Guindos hubiera nombrado para el Banco de España a un banquero extranjero. Raro, ¿verdad? Seguro que desencadenaría una catarata de críticas y una gran polémica pública.

Pues en el Reino Unido están encantados. El ex canciller Darling, miembro del Partido Laborista en la oposición, se ha apresurado a alabar su nombramiento. Y es que si algo son los británicos es, por encima de todo, pragmáticos, y el orgullo patrio, teniendo en cuenta el comatoso estado del sistema financiero del país, lo dejan para otras cuestiones más prosaicas.

Recordemos que el Gobierno británico fue de los primeros en tener que rescatar con dinero público entidades como RBS, Lloyds o Northern Rock, y hace poco ha reconocido que los 66.000 millones de libras esterlinas inyectados en el sector podrían no recuperarse nunca.

En cambio, el canadiense es reconocido por la mayoría como el mejor y más solvente sistema financiero del mundo. No sorprende por tanto que los mercados hayan acogido el nombramiento de Carney con subidas. Y al fin y al cabo, cuando su majestad la Reina firme el documento con el nombramiento, podrá consolarse pensando que Carney, si no británico, al menos es súbdito suyo, ya que Canadá pertenece a la Commonwealth.

Otra cosa, por si acaso aquí en España también nos diera por ponernos a fichar responsables públicos extranjeros, yo de presidente del Gobierno me pido a Mario Monti...



jueves, 22 de noviembre de 2012

Financiar la compra de un coche

El negocio de la financiación de la compra de vehículos, teniendo en cuenta cómo está la situación económica y más concretamente la evolución de las ventas de automóviles, podría ser un negocio a evitar, por ser demasiado arriesgado. No piensa así el Banco Santander, que en los últimos años ha estado potenciando muy intensamente esta división.

Lo acaba de contar el WSJ, que revela que la entidad que preside Emilio Botín está trabajando en una posible salida a bolsa de Santander Consumer USA, su división de financiación para la compra de vehículos en EEUU, en el primer semestre de 2013, que podría valorar el negocio en 6.000 millones de dólares.

Y esto un día después que General Motors anunciara la compra de todos los negocios internacionales de Ally Financial, el mayor financiador de coches en EEUU. Se da la circunstancia que Ally, antiguamente conocida como GMAC, era el brazo financiero de GM antes de que el gigante automovilístico se viera arrastrado por sus problemas económicos que resultaron en la nacionalización parcial de la empresa en 2009.

GM vendió GMAC a un grupo de hedge funds, que no pudieron reflotar la empresa y también debió ser rescatada con dinero público. Ahora está desprendiéndose de activos para repagar esa deuda, y... ¿a quién se lo está vendiendo?  Pues a su antigua matriz, que de esta manera deja bien claro que quiere recuperar su estructura original. Esperemos que no termine sucediendo lo mismo otra vez.

Respecto al Santander, que es también dueño en EEUU de una entidad financiera, Sovereign Bank, es todavía un jugador poco importante en el mercado de crédito a la compra de vehículos norteamericano, con una cartera crediticia de 18.000 millones de dólares, en un mercado de 700.000 millones. Pero si el banco cántabro replica allí el modelo de crecimiento aplicado en Europa (donde, a través de una larga lista de adquisiciones, Santander Consumer se ha convertido en uno de los tres principales proveedores de crédito para la compra de coches en 10 países europeos) podemos esperar nuevas compras de la entidad en los próximos años.



De hecho el propio WSJ hace unos días informaba de negociaciones entre Santander y Chrysler para convertir a la entidad financiera en el proveedor principal de crédito en las compras de vehículos de la firma en todo EEUU, sustituyendo precisamente a Ally Financial.

La posible salida a bolsa es igualmente un ejemplo de la estrategia que está llevando a cabo el Santander, de  vender activos para obtener capital con que hacer frente a la crisis económica en España y a las tensiones en la Eurozona. En septiembre, Emilio Botín ya avanzó que el banco quería sacar a cotizar todas sus principales líneas de negocio de aquí al 2015. Hace meses, la entidad realizó la OPV de su filial de banca en México.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Palestina

Un aspecto menos conocido del conflicto entre Israel y Palestina tiene que ver con la economía. La de Israel tiene un tamaño de 235.000 millones de dólares, mientras que el PIB de Palestina no supera los 10.000 millones de dólares, más o menos del tamaño de La Rioja (aunque La Rioja tiene 300.000 habitantes y Palestina cuatro millones). La renta per cápita israelí es casi 30 veces más alta que la de Palestina.

Los propios palestinos y sus dirigentes tienen bastante culpa de la enorme disparidad entre la prosperidad de unos y otros. Pero algunos observadores se quejan, y no sin razón, que uno de los principales handicaps para el desarrollo de la economía palestina tiene que ver con el Protocolo de París

El Protocolo de París se firmó en 1994 como un anexo económico de los Acuerdos de Paz de Oslo, e incluía la creación de una unión aduanera entre ambos estados que consagrara el principio de libre movimiento de personas y bienes entre ambos. La cuestión clave es que dicho Protocolo cedía a Israel el control del comercio externo palestino, así como la recolección de los impuestos sobre ese comercio y de otros impuestos como IVA o carburantes, que después transferiría a la Autoridad Palestina. 

Según cálculos internacionales, los denominados Clearance Revenues que Israel entrega a Palestina representan el 70% de los ingresos regulares del Estado Palestino. El problema es que Israel ha utilizado constantemente el embargo de dichas cantidades como una medida de presión adicional en su conflicto político con Hamás, y ello ha contribuido a terminar de asfixiar económicamente a la población palestina.

A ello, por supuesto, debemos sumarle el destructivo efecto que sobre la economía palestina tiene el incumplimiento de ese libre movimiento de bienes y personas acordado en el Protocolo, ya que los controles policiales y las barreras creadas, no solo limitan enormemente la capacidad productiva palestina, sino que en la práctica aíslan su economía del resto del mundo, ya que Palestina depende de Israel para su acceso a los mercados externos. (No solo eso, Israel prohíbe la exportación de productos palestinos al propio territorio israelí). Todo ello genera una situación claramente injusta y que supone una losa para el desarrollo de la economía palestina. Y no lo digo yo, sino el mismísimo FMI:

"Persistence of restrictions on movement and access and donor aid shortfalls would dampen investor confidence and economic activity, reducing private employment and household income growth. The consequent erosion in living standards and rise in unemployment would reduce public support for reforms and make it more difficult for the PA to reduce spending and raise revenue, leading to a rising budget deficit and further buildup of arrears on wages and other essential payments. This in turn would raise social tensions and heighten political uncertainties, reinforcing the adverse impact on confidence, investment, and growth".

y

"The relaxation of restrictions on movement and access remain the key area of enhanced Palestinian-Israeli cooperation which could have an immediate and far-reaching positive economic and fiscal impact and accelerate the PA’s state building process. Fully tapping the West Bank’s economic and budgetary revenue potential and reinvigorating its growth will require a broad-based removal of impediments on exports to Israel, of imports of machinery and equipment, as well as enabling Palestinian economic activity in Area C. In Gaza, a lasting recovery in private sector activity and employment will require a removal of the tight restrictions on exports and private sector imports of investment inputs".

En esas condiciones de asfixia financiera, la economía Palestina ha sobrevivido en los últimos años gracias a la ayuda internacional, que en 2010 representó una cuarta parte del PIB palestino, gracias principalmente a las buenas gestiones realizadas por ministro de Finanzas de la Autoridad Palestina, Salam Fayyad, economista de prestigio con experiencia en el Banco Mundial.

Pero la crisis económica en Occidente se ha dejado sentir en la ayuda externa, y este año no está previsto que supere el 10% del PIB, de forma que las dificultades financieras se han agravado para la Autoridad Palestina, y los empleados públicos llevan sin cobrar desde el pasado mes de agosto. 

El conflicto palestino israelí tiene un carácter eminentemente político y las cuestiones económicas suelen quedar en un segundo plano. Pero una cosa es segura: si no se pone remedio a las dificultades y a la falta de alternativas económicas para la mayoría de la población palestina, ese conflicto político va a ser difícilmente resoluble.  

martes, 20 de noviembre de 2012

Aerolíneas de Bandera

El 20 agosto de 2008 tuvo lugar el fatídico accidente de un avión en el aeropuerto de Barajas, que causó 153 víctimas. Ese día marcó también el principio del fin de la aerolínea propietaria del aparato, Spanair.

El 28 de enero de 2012, tras tres años y medio de graves problemas económicos, la línea aérea se declaraba en quiebra y suspendía todas sus operaciones.

El 19 de noviembre de 2012 a punto ha estado de convertirse en otro hito en esta sombría historia aérea. Porque en 2008 el propietario de Spanair era una aerolínea escandinava, SAS, que poco después del accidente decidió quitarse de en medio y vendió la compañía a un consorcio de empresarios catalanes. Pero eso no resolvió los problemas de unos y otros. El destino de Spanair ya lo conocemos; SAS, este pasado domingo, ha estado muy cerca de seguir sus pasos.

La aerolínea se había fijado un objetivo ayer por la mañana: si no lograba convencer a los ocho sindicatos de la empresa a que aceptaran un durísimo plan de ajuste que incluye el despido de 6.000 trabajadores en los próximos años, entraría en suspensión de pagos.

Parece que lo ha logrado, tras una maratoniana reunión de día y medio. Pero eso no soluciona los males de la empresa, simplemente los aplaza. En primer lugar, porque la peculiar estructura accionarial de SAS significa que los acuerdos alcanzados pueden terminar levantando tensiones entre sus propietarios.

Scandinavian Airlines, como su propio nombre indica, está controlada, en un 50%, por los Estados de Suecia, Noruega y Dinamarca. El otro 50% lo controla la multimillonaria familia Wallenberg, cuyo imperio financiero e industrial controla directa o indirectamente un tercio del PIB sueco. Las medidas acordadas en el límite de la quiebra afianzan el control sueco de la aerolínea, pues a partir de ahora todas las operaciones se centralizarán en Estocolmo.

Pero es que además, SAS no está sola, sino que sufre un mal que aqueja por igual a todas las antiguas aerolíneas de bandera del continente europeo, aquellas líneas aéreas estatales que poco a poco han visto reducido el control de sus mercado naturales ante la irrupción de las aerolíneas low cost. (En España estas aerolíneas controlan ya el 60% del tráfico aéreo).

Pero no es solo la competencia de RyanAir y compañía lo que está matando a estas empresas, sino una conjunción de varios factores, entre ellos la propia crisis económica, la subida de los precios del petróleo estos últimos años, y por supuesto, su anacrónica y monumental estructura de costes. Tanto es así que estas aerolíneas ya solo ganan dinero con los billetes de primera y business de los vuelos transoceánicos, pero ese beneficio no compensa las enormes pérdidas que le generan sus rutas de corto y medio alcance.

Iberia pierde un millón de euros al día, Air France perdió el año pasado nada menos que 809 millones de euros, y la propia SAS lleva una década prácticamente entera perdiendo dinero. No sorprende por tanto que todas estas empresas hayan anunciado profundos ajustes.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Amazon

Casi todos en España saben hoy en día quién era Steve Jobs, y en cambio, la figura de Jeff Bezos es mucho menos conocida. Y eso que el consejero delegado de Amazon suscita unanimidad entre el mundillo tecnológico: tras la desaparición del gurú de Apple, Bezos es la personalidad más influyente de la industria tecnológica norteamericana.

Acaba de ser nombrado empresario del año 2012 por la revista Fortune, y en abril pasado otro semanario, Forbes, le situó igualmente en lo más alto del ranking de los más importantes consejeros delegados de América.


Muchos etiquetan a Amazon con un vendedor de libros por internet, pero lo cierto es que la compañía de Seattle hace mucho más que eso. Ha diversificado con los años su rango de productos más allá del libro electrónico, y ya es por encima de todo un gran distribuidor online que vende de todo (música, TV, ropa) que fabrica sus propios aparatos informáticos, como el Kindle (se habla que está preparando un smartphone) y que no duda en entrar continuamente en nuevos mercados (Amazon Web Services, por ejemplo, gana dinero ofreciendo a empresas servicios de infraestructura de comunicaciones, aprovechando la capacidad tecnológica de sus sistemas informáticos).

En 2012 Amazon espera facturar 60.000 millones de dólares. No está mal, teniendo en cuenta que las ventas hace 10 años fueron de menos de 4.000. Factura ya más que todas las empresas españolas menos Telefónica, Repsol y Banco Santander.


Esa evolución lógicamente ha tenido su reflejo en el mercado. Las acciones de Amazon se han multiplicado por 10 en seis años. La empresa vale en bolsa 100.000 millones de dólares.

Bezos, como Jobs, es un obseso del trabajo y un perfeccionista. Tiene, al igual que el fundador de Apple, algo de visionario. Ahora su empresa va como un tiro en bolsa, pero tuvo que aguantar durante años la incomprensión de muchos expertos que no veían futuro a la empresa. "Lo que estamos viviendo es el día 1 de la era de Internet. Hay todavía muchísimo por aprender" es una célebre cita suya.

Y sin embargo, en algunos aspectos Apple y Amazon son antitéticas. Mientras que la empresa de la manzana se caracteriza por el producto de diseño y de alta gama, Amazon es el Wal Mart de la distribución online, gana dinero a base vender mucho con muy poquito margen (un 2% frente al 31% de Apple).

Mientras que la empresa de Jobs es un icono mundial y sus cuidadas instalaciones en Sillicon Valley albergan a ejecutivos exitosos y muy bien pagados, Jeff Bezos es conocido en el mundillo por ser, digamos, un poco agarrao; los trabajadores no disfrutan de un diseño exclusivo en sus instalaciones, y el ejecutivo mejor pagado cobra 165.000 dólares, muy por debajo de los sueldos que se perciben en Apple. (El propio Bezos cobra solo 80.000 dólares al año, pero claro, su paquete accionarial, valorado en 20.000 millones de dólares, le convierte en uno de los 30 hombres más ricos del mundo).

Entre los puntos oscuros de la compañía, se suele incluir su tendencia a pagar menos impuestos de los que les correspondería (una categoría en la que Amazon, por lo demás no está sola ni mucho menos) En el Reino Unido, por ejemplo, están bastante cabreados porque la compañía, que emplea allí a 15.000 personas y obtuvo el año pasado unos beneficios de 250 millones de libras, solo pagó impuestos del 2,5%, ya que canaliza sus ventas a través de Luxemburgo, y así evita al fisco británico.

En España, por cierto, un año después del desembarco de Amazon en nuestro país, el gigante informático acaba de abrir su primer centro logístico, en San Fernando de Henares, un complejo de 28.000 metros cuadrados que va a albergar a 180 empleados; se espera que esa cifra se incremente próximamente hasta llegar a los 600.



viernes, 16 de noviembre de 2012

Holanda

En tasa trimestral, España lleva ya cuatro trimestres consecutivos de caídas en el PIB, pero en este tercer trimestre la palma del mal comportamiento económico no nos la llevamos ni nosotros ni Portugal ni ningún otro país del sur de Europa, sino, oh sorpresa, Holanda, uno de los pocos países europeos que (hasta la fecha) aún conserva la triple A de las agencias de calificación, y cuya economía se contrajo nada menos que un 1,1% con respecto al trimestre anterior. Se puede apreciar en este gráfico tan chulo que han hecho en el Guardian con los datos de Eurostat.

El hundimiento de la economía de Holanda, uno de los más fieles socios de Alemania en su cruzada pro austeridad, y habitual partidario del ala ortodoxa en las negociaciones comunitarias, ha sorprendido a propios y extraños, pues los analistas como máximo esperaban una contracción de medio punto, es decir, menos de la mitad del dato finalmente conocido.

Y es que Holanda tiene tendencia a adoptar postura de halcón, pero solo con los problemas de sus socios, sobre todo si éstos pertenecen al sur Mediterráneo; una medicina que en cambio le cuesta bastante más suministrarse a sí misma. Las cifras conocidas hoy empujan al país a su tercera recesión económica en los últimos cuatro años. Según el Banco Central del país, la economía holandesa no había experimentado una contracción semejante desde la segunda guerra mundial.

Son malas noticias para el Gobierno recién elegido del primer ministro Mark Rutte, que ya ha tenido que revisar su programa ante el descontento popular con las nuevas medidas de austeridad anunciadas. Y son malas noticias para los gobiernos de los países del norte de Europa, que, ingenuos ellos, pensaron que podían someter al sur del continente a una cura de caballo sin que sus economías se vieran afectadas. Ya vemos que no.

Porque Holanda puede servir de indicador adelantado de lo que puede terminar sucediendo dentro de poco en países como Alemania o Francia, que han conseguido por los pelos evitar la contracción en el tercer trimestre. Sin embargo, los indicadores conocidos estas semanas, correspondientes al cuarto trimestre, hasta ahora nos indican que Europa está en caída libre y que las cifras de crecimiento van a ser pésimas en los próximos meses.

Munición para el BCE, que ya se habla que podría volver a bajar los tipos en diciembre, y munición para los que piden, de una vez por todas, un cambio de política en Europa, que deje de apostar únicamente por la austeridad e introduzca, sobre todo en aquellos países con margen para hacerlo, estímulos al crecimiento.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Ingresos fiscales

Interesante el informe que ha presentado esta semana la OCDE sobre los ingresos fiscales en Latinoamérica. Las economías de algunos de los países integrados en ese bloque económico están registrando progresos muy destacados en los últimos años, caso de Brasil, Colombia, Chile o Perú, pero en algunos aspectos aún tienen recorrido por delante para equipararse con las economías desarrolladas.

Uno de ellos es la existencia de sistemas fiscales sólidos que les ayuden a recaudar ingresos suficientes que permitan a los Estados realizar sus funciones básicas. Según la OCDE, el porcentaje de ingresos impositivos en relación al PIB se situó en América Latina en 2010 en el 19,4% del PIB, aún muy lejos del 33,8% de media de los países industrializados (32,9% en España).

Y eso que en los últimos años se han producido importantes progresos, pues esa brecha entre unos y otros se ha reducido en cinco puntos en los últimos 20 años. De hecho, Brasil y Argentina tienen ya ingresos fiscales equiparables porcentualmente a los de los países desarrollados. En el otro extremo se quedarían Venezuela, Guatemala o la República Dominicana, cuyos ingresos impositivos no alcanzan siquiera el 15% del PIB.

La razón principal por la que estas economías tienen unos ingresos fiscales menores es bien conocida: la economía informal representa un porcentaje muy alto de su entramado productivo (en algunos casos llega hasta el 70% del PIB) y al mismo tiempo, se produce una evasión fiscal importante por parte de las capas más favorecidas de sus sociedades.

En el caso de España, ese porcentaje de ingresos fiscales ha sufrido variaciones importantes en los últimos años.

RS ESP LineChart

Llegó a subir por encima del 37% del PIB justo antes del comienzo de la crisis, paradójicamente, cuando los impuestos estaban más bajos (cuando bajar los impuestos era de izquierdas) y ello se debía al boom económico que generaba ingresos adicionales al Estado, en especial todo lo relacionado con la burbuja inmobiliaria, ya que este sector aporta más ingresos fiscales por unidad de producción que cualquier otro de la economía (cada vez que, pongamos por caso, se produce una venta de una casa de 300.000 euros, el Estado ingresa un 8% de IVA, es decir, 24.000 euros).

Y en cambio, ahora que tanto el Gobierno anterior como el actual han subido los impuestos, los ingresos impositivos se han desplomado y ya solo representan el 31% del PIB en 2011, y ello se debe al hundimiento de la actividad económica.

Tanto es así que actualmente aparecemos bien abajo en la tabla de países europeos que menos impuestos recaudamos en proporción al PIB. (ES: España)




Nótese que los países escandinavos son los que obtienen unas recaudaciones impositivas más abultadas. En el caso de Dinamarca ascienden al 48,5% del PIB (Venezuela un 12%, recuerden). De hecho, si miramos solo a los países que entraron en la UE antes de 2004, España es junto con Irlanda y Grecia uno de los países con la estructura impositiva más reducida de Europa.

El caso de Irlanda es diferente pues, con un 29,8%, se asemeja más al sistema fiscal de EEUU, donde los impuestos en general son más bajos. (El ratio de impuestos/PIB en el país norteamericano es del 24%).

Pero en España, como en Grecia, se puede apreciar también (aunque no al nivel de Latinoamérica) los efectos de una economía informal y de una cultura impositiva demasiado laxa, que impiden a esos Estados recaudar todo el dinero que deberían para hacer frente a sus obligaciones sociales.

Y desde luego, viendo estos datos queda claro que, si deben tocarse los impuestos en el futuro en España, no debería ser para bajarlos, sino para subirlos.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Comprarse una casa

Me parece muy bien que los dos principales partidos lleguen a un acuerdo para buscar una salida a los casos más sangrantes de personas que están en una situación de absoluta necesidad sobrevenida y se ven materialmente incapaces de hacer frente a los pagos de su vivienda, de forma que éstos no se queden en la calle.

Hay propuestas sobre la mesa que son razonables, como ésta o ésta. José Carlos Díez también relata el ejemplo interesante del caso estadounidense, en el que se produce una negociación a tres bandas entre el dueño de la vivienda, el banco, y el Estado. Y es previsible que con todo estos mimbres el Gobierno lleve su propia propuesta al próximo Consejo de Ministros.

Pero dicho esto, considero arriesgado que, llevados por el efecto psicológico del drama vivido por los recientes suicidios de personas en trámites de desahucio, nos pasemos de frenada y aprobemos una legislación que, a fuerza de proteger a unas personas en situación de necesidad, provoque un serio daño al conjunto de la sociedad en el largo plazo.

Lo único irreparable es la muerte y en ese sentido lo vivido estas semanas nunca debiera haberse producido, sobre todo porque contamos con opciones para ayudar a esas personas en el límite. Si estamos creando un banco malo con miles y miles de viviendas, y si estamos inyectando miles de millones de euros en esas entidades, ¿no sería lógico que, por ejemplo, se ofrecieran alquileres sociales a un precio testimonial a esas personas que han perdido su vivienda?

Pero una cosa es que se haga todo lo posible por que nadie se quede en la calle, y otra, que incentivemos que la gente deje de pagar sus deudas. Porque, sin duda ninguna, la crisis está colocando a muchas personas en una situación extrema, pero si damos por bueno que todos aquellos que no paguen su casa han llegado a ese punto, estamos implícitamente incentivando al conjunto de la sociedad a que deje de pagar sus hipotecas. Y eso no nos va a traer nada bueno.

Muchos podrían quejarse, y no sin cierta razón, de que ellos optaron por no comprarse esa casa de sus sueños por temor a un excesivo endeudamiento, o aquellos otros, que prefirieron alquilar en vez de comprar por miedo a un imprevisto que les impidiera afrontar los pagos de la hipoteca, y ahora, llega el Estado y recompensa a los que tomaron las decisiones equivocadas.

El recurso fácil, igualmente, es echarle la culpa de todo a la codicia de los bancos. Que por supuesto no están libres de culpa, ni mucho menos. Pero desde luego no son los únicos culpables. En el fondo, quizá, lo que deberíamos cambiar, aprovechando la dureza de la crisis, no es la ley de desahucios, sino la cultura de este país, que coloca la posesión de una vivienda en propiedad como el objetivo último de todo ciudadano.

Los bancos han dado hipotecas a personas que no están en disposición de pagarlas. Pero a esas personas nadie les ha puesto una pistola en el pecho para que acudieran a una sucursal a solicitar un crédito. Han sido empujadas, eso sí, por una cultura en la que el que no compraba una vivienda era un pardillo que se estaba quedando atrás frente al enriquecimiento generalizado. Todos somos culpables. Los prestamistas, los prestatarios... ¿Y qué me dicen del Gobierno, que en las últimas décadas ha impulsado que los ciudadanos compraran viviendas de protección oficial, para que nadie se quedara sin poseer una casa, o que ha estimulado y recalentado el mercado con la deducción fiscal por compra de vivienda?

¿Y qué me dicen de los notarios, que se supone que deben velar por que las cláusulas incluidas en una escritura pública deban ser entendidas por las dos partes?

¿Y qué me dicen de los medios de comunicación, que han elaborado reportajes donde se contaban las "dificultades" de los mileuristas, que, con 25 años, no ganaban lo suficiente para poder comprarse una vivienda y tenían que seguir viviendo con sus padres? ¿Acaso los jóvenes alemanes, ingleses, finlandeses o belgas pueden con 25 años acceder a una vivienda? ¿No comparten piso entre varios durante unos cuantos años hasta que pueden permitirse el lujo de alquilar una casa para ellos solos? Pues nada, aquí, todos a ser propietarios de viviendas nada más terminar la universidad.

En este gráfico se puede apreciar cómo ningún país de la zona euro tiene una tasa de vivienda en propiedad tan alta como la nuestra, del 83% (solo nos superan antiguas repúblicas comunistas) mientras que aquellos con las tasas más bajas, Austria, Alemania y Suiza, son también los que tienen una tasa de paro más bajo. No, no es una casualidad.



Alguien a quien valoro dijo una vez que este país no empezaría a cambiar de verdad hasta que dejáramos de creer que lo más valioso que se le puede dejar a nuestros hijos es una vivienda. Quizá, ha llegado el momento de comprenderlo de una vez por todas, y actuar en consecuencia.

Grecia: Bola de Partido

greece votes 2013 budget

Europa afronta su enésima semana decisiva este lunes. Cuando el ministro De Guindos entre en la sala de reuniones del Eurogrupo, en el edificio Justus Lipsius de Bruselas, a partir de las cinco de esta tarde, al menos tendrá el pequeño consuelo de que esta vez todas las miradas no están puestas en España, sino, de nuevo, en Grecia.

Porque el país heleno vive momentos decisivos una vez más. Afronta un vencimiento de 5.000 millones de euros el viernes, para el que no tiene dinero, porque el siguiente tramo del rescate financiero del país, por un importe de 31.500 millones de euros, tendría que haber llegado ya, pero se está retrasando ante el desacuerdo entre el FMI y la UE sobre la situación real de la economía griega.

De forma que, si nada ni nadie lo remedia, esta semana Grecia podría entrar, técnicamente al menos, en suspensión de pagos. Lo resumió gráficamente anoche el ministro de finanzas del país, Yannis Stournaras, minutos antes de aprobarse esta madrugada los presupuestos del año que viene: Si el BCE no nos ayuda con la refinanciación de ese vencimiento de letras, se acabó. ("It's over for us").

La solución más satisfactoria para Grecia sería sin duda que hoy en el Eurogrupo se diera el visto bueno al nuevo tramo de ayuda del país que permitiera afrontar esa urgencia financiera. Pero nos podemos olvidar de esa opción, porque la UE nunca va a dar su ok a esa ayuda sin que antes se haga público el informe de seguimiento de la Troika (FMI/Comisión/BCE) que monitoriza los progresos de Grecia en relación con los compromisos incluidos en el rescate, y ese informe, que se espera desde hace semanas, no va a estar para listo para hoy.

Así que, ¿qué opciones le quedan a Grecia? El Financial Times ha explicado que el Gobierno griego se plantea como alternativa celebrar una subasta de letras de emergencia este martes, con la que podría conseguir parte de esos 5.000 millones. Y el resto, podría intentar detraerlo de un fondo creado para la reestructuración bancaria del país. Es decir, que están literalmente buscando debajo de las piedras para evitar el impago.

Lo más previsible es que alguna solución se termine encontrando. Lo que no está tan claro es que los socios del país consigan ponerse de acuerdo sobre la forma en que abordar los problemas de Grecia. Porque en esta ocasión al Gobierno del país no se le puede acusar de no haber hecho sus deberes. Hace cinco días consiguió aprobar por la mínima una nueva ronda de medidas de austeridad, y esta noche ha sacado adelante los presupuestos del año que viene.

Unas cuentas que prevén una caída del PIB del 4,5% (el sexto año de contracción para la economía griega, que ha perdido una cuarta parte de su tamaño desde el inicio de la crisis) y una deuda pública que alcanzará la exorbitante cifra del 190% del PIB. Por lo menos, el Ejecutivo de Samarás confía en obtener el primer superávit primario (descontando los intereses) del país en décadas.

En este caso, por tanto, los motivos que están detrás del nuevo episodio de tensión sobre Grecia tienen menos que ver con posibles incumplimientos de lo acordado en los rescates, y más con las crecientes dudas de los rescatadores sobre el futuro cada vez más sombrío de la economía griega.

Porque los responsables de la Troika no se terminan de poner de acuerdo sobre la evolución del país; el FMI es mucho más escéptico que Bruselas, y su escepticismo se sustenta básicamente en dos factores:  por un lado, que Grecia pueda, realmente, lograr una senda de consolidación de sus cuentas públicas compatible con un crecimiento sostenible en el largo plazo (después de dos rescates financieros por valor de 240.000 millones de euros).

Y que destinar esas grandes cantidades en el país no sea una enorme pérdida de dinero, teniendo en cuenta que al mismo tiempo se está produciendo en Grecia una ingente salida de capitales hacia el exterior.

En resumen, que en el horizonte cercano se antoja que los socios europeos van a tener que tomar de nuevo decisiones trascendentales, si no quieren que se produzca una inminente salida del país del euro. Lo ha resumido así Fabrice Montagne, economista senior de Barclays, en una nota para inversores:

"A largo plazo, creemos que la sostenibilidad de la deuda pública de Grecia requerirá una mayor implicación de los organismos extranjeros en la forma de quitas o transferencias de capital, con el fin de evitar un periodo excesivamente largo de ajustes y austeridad, que podrían agudizar las tensiones sociales, la inestabilidad política, y en último caso, una salida desordenada y muy costosa de la unión monetaria".




viernes, 9 de noviembre de 2012

China (y II)

Existe en Occidente una idea muy aceptada sobre China; consiste en que éste es un país eficiente y aplicado, que es capaz de comportarse de forma muy competente, sus trabajadores son grandes profesionales, están cada vez más cualificados, y por eso la economía china se está alzando poco a poco con el dominio económico mundial.

Sin embargo, hace poco conocí a dos españoles que han regresado recientemente después de trabajar varios años en China, y ambos me rebatieron rotundamente esta idea. En su opinión, el trabajador chino es sinónimo de chapuza e incompetente, los servicios en el país funcionan mal y es realmente frustrante embarcarse en cualquier proyecto empresarial en aquel país en el que haya que confiar en la labor profesional de sus ciudadanos.

Quizá, esta diferencia entre una concepción y otra se deba a una combinación de dos factores. Por un lado, China se embarcó, desde 1978 con Den Xiaoping, en el famoso proceso de Reforma y Apertura al exterior, dejando atrás la espantosa herencia de Mao. Este proceso ha consistido básicamente en convertir al país en una máquina exportadora, inundando los mercados mundiales de productos más baratos, y se ha sustentado sobre la enorme capacidad productiva que aporta una población de 1.300 millones de personas.

Pero, por otro lado, esa inmensa economía, la segunda del mundo, y pronto destinada a convertirse en el mayor bloque económico del planeta, ha puesto el énfasis en su capacidad de competir en los mercados mundiales, descuidando mientras tanto su mercado interior. Porque los ciudadanos chinos pertenecen a una potencia económica mundial, pero ellos mismos disfrutan de unos servicios y una realidad económica asimilable a la de un país en desarrollo.

La segunda mayor economía del mundo tiene un sector servicios que representa tan solo el 43% de su PIB, frente al 75% de media en los países occidentales. Sus ciudadanos han visto mejorar su nivel de vida en estos últimos años, pero la renta per capita china sigue sin ser la de un país desarrollado. Esta tabla del Banco Mundial lo expone a las claras: de los 101 países que en 1960 eran considerados de renta media, sólo 13 de ellos han conseguido avanzar en 2008 al nivel de economía avanzada. (España es uno de esos 13, esperemos que no haya un camino de ida y vuelta...) Y entre esos 13 no se encuentra China.


World Bank chart

Todo esto nos lleva ante la cuestión fundamental del 18º Congreso del Partido Comunista Chino, donde no solo se renuevan las elites que dirigen el país, sino que éstas deben afrontar un dilema de enormes consecuencias.

Porque el modelo de crecimiento basado únicamente en la apuesta a fondo por el mercado exterior se queda cojo sin un mercado interior que lo respalde. Y además, ese modelo de crecimiento está empezando a mostrar señales de fatiga. Hay un principio económico, el denominado Lewis Turning Point, según el cual llega un punto en el que para un país en desarrollo deja de ser fácil crecer a tasas muy altas solo con transferir improductivos trabajadores rurales hacia empleos más productivos en fábricas y ciudades.Porque llega un momento en que precios y salarios comienzan a repuntar al alza, y el crecimiento comienza a resentirse.

Lo normal sería, por tanto, que el PCCh pusiera el acento en una reforma real de la competitividad interna de la economía china, que permitiera a sus ciudadanos mejorar los servicios que reciben e incrementar su capacidad de consumo. El problema para la elite dirigente china es que esta es un arma de doble filo.

Porque China puede convertirse en una potencia exportadora mundial y seguir siendo una dictadura comunista, ya que los cambios se han producido fundamentalmente de cara al exterior, y no han producido avances tangibles en la vida diaria de la mayoría de chinos. En cambio, no está claro que China pueda convertir su mercado interno en una potencia consumidora mundial y seguir siendo una dictadura comunista.

Los 1.300 millones de chinos que empezaran a acceder a un nivel de vida semejante a los ciudadanos de otros países desarrollados, que accedieran a las herramientas de capital necesarias para fundar empresas como Facebook o Twitter o Apple, ¿estarían dispuestos a seguir siendo gobernados por el Partido Comunista Chino?

Seguir como hasta ahora, y perder el tren del desarrollo, o apostar por el cambio, y perder el poder, esa es la gran disyuntiva a que se enfrenta Xi Jingpin.

China

UK-CHINA-CONGRESS-MAO:As China enters new era, how much of Mao will stay?

Una gran foto de Mao ha presidido este jueves la apertura del 18 Congreso del Partido Comunista Chino, que tiene previsto renovar a la cúpula dirigente del país más populoso de la tierra. Los visitantes de la simbólica Plaza de Tiannamen también pueden apreciar otro enorme retrato de su rostro con esa sonrisa tan característica de mona lisa, que también aparece en cada billete de yuan que circula por el país.


En 1958, Mao Zedong adoptó el denominado "Gran Salto Adelante", una de las aventuras más delirantes de la historia de la humanidad, y también una de las más dramáticas. El dirigente decidió que China tenía que superar en el campo económico a Inglaterra en el plazo de tres años, y a Estados Unidos, en 15. La divisa fue producir "más, más rápido, mejor y más económicamente", y el plan se basaba en un absoluto desconocimiento de lo que es la realidad económica.

Se crearon enormes comunas populares, cada una de ellas con 5.000 familias, con el objetivo de alcanzar la máxima producción en un plazo muy corto de tiempo. Se pretendió crear toda una red de pequeños altos hornos rurales, destinados a producir acero a partir de cualquier pedazo de metal. Se fomentó la dedicación de los campesinos a la producción de cualquier tipo de metal inservible, abandonando los cultivos y fabricando automóviles de madera con el solo objeto de dedicar todos los recursos metálicos a aumentar la producción.

En el terreno agrícola, se intentaron cruces entre el algodón y el tomate para producir algodón rojo, y se llevaron a la práctica operaciones ridículas o perniciosas como  el "cultivo profundo" de la tierra o la eliminación de los pájaros. A este delirio compulsivo, causado por la imposición de un esquema ideológico a la realidad económica, se sumaron las catástrofes naturales, pues las cosechas de 1959 y 1960 fueron especialmente malas.

Solo mucho tiempo después hemos podido conocer el alcance de lo que pasó en aquellos años en China. Y es realmente aterrador. El número estimado de muertos por la hambruna que se desató en el país es de 30 millones de personas, y el número de no nacidos como consecuencia del hambre pudo ser una cifra equivalente. La hambruna más absoluta provocó que fueran frecuentes los casos de mujeres que no menstruaban, e incluso, el canibalismo. Las consecuencias económicas fueron tan duraderas que los niveles de la producción agraria de China de 1957 sólo se volvieron a recuperar 19 años después, en 1976.



Pues sí, ahí le tienen, ese hombre que sigue presidiendo, en el año 2012, la vida de todos los ciudadanos de la segunda mayor economía del planeta, y destinada a liderar el mundo este siglo, es uno de los mayores asesinos de la historia.

* Información recopilada de la obra Historia del Mundo Actual, de Javier Tusell.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Big Data


Hay una persona que predijo la victoria de Obama en las elecciones en EEUU. Su nombre es Nate Silver. Quizá esto, por sí solo, no constituya un gran mérito. Muchos barruntábamos que la victoria iba a ser bastante más holgada de lo que auguraban muchas encuestas y la mayoría de los medios de comunicación.

Lo que confiere valor a la predicción de Silver, es que él se atrevió a pronosticar el resultado de las elecciones en cada uno de los 50 estados que componen el país. Y ha acertado en todos y cada uno de ellos, incluso en aquellos en los que la victoria de Romney se daba por hecha, y finalmente se han decantado por Obama.

¿Cómo lo ha hecho? Simplemente, aplicando un modelo matemático, creando un algoritmo en el que ha introducido una gran cantidad de variables, y analizando sus resultados. Lo explica así el politólogo Kenneth Bunker, de la LSE, a la BBC: 

Primero suma una inmensa cantidad de encuestas sobre los candidatos y saca un promedio. Pero no es un promedio simple. En el momento de sumar, tiene en cuenta tres variables distintas: el momento en que se publica determinada encuesta, dándole más relevancia a las que están más cerca del presente; el margen de error, priorizando las pesquisas que más gente encuestan, y la calidad, dándole más peso a las encuestas que históricamente suelen ser más precisas. 
En segundo lugar, Silver hace un estudio de cada uno de los Estados donde se define la elección estadounidense, la cual se determina no según el número de votos, sino de acuerdo al número de delegados que representa a cada Estado. En ese análisis local, Silver tiene en cuenta la elección de senadores, la participación histórica, la ventaja del candidato que está en el poder y los factores demográficos, que estudia por medio de una regresión lineal; por ejemplo, si el porcentaje de latinos sube en un Estado, esto es relevante. 
Silver le asigna importancia a cada una de las variables, y lo vuelve todo un modelo estadístico que, como un algoritmo, solo requiere introducir la información en un software y después analizar los resultados.

El logro de Nate Silver (que es, a la sazón, el politólogo experto del New York Times, y dirige un blog, FiveThirtyEight, que es responsable del 20% del tráfico de internet de la página web del diario neoyorquino) puede además enviar al ostracismo a tantos y tantos supuestos expertos políticos que hacen sus predicciones simplemente por instinto. 

Es la entronización en política del modelo matemático del Big Data, que no es más que la utilización de cálculos matemáticos y estadísticos para el procesamiento y análisis, a una escala masiva, de los millones y millones de terabites de datos que proporciona la red hoy en día, para su aplicación en diferentes aspectos de la sociedad actual. 

En el ámbito gubernamental, en términos de desarrollo de aplicaciones para la interrelación entre las distintas administraciones con los ciudadanos, estas herramientas tienen un potencial infinito, como bien sabe Ángel González, uno de los grandes expertos en este terreno en nuestro país. 

Pero sin duda es en el ámbito empresarial donde el Big Data tiene sus más evidentes aplicaciones prácticas, y donde de hecho su utilización está empezando a suponer un cambio de paradigma tan disruptivo como el provocado por la introducción de las tecnologías de la información en el mundo empresarial hace más de 30 años. Si tiene una empresa, más le vale conocer por tanto lo que suponen estas herramientas. 

En la era del Big Data ya no puede tomar sus decisiones simplemente utilizando el criterio apolillado de unos expertos sentados en torno a la mesa de un consejo de administración. Si la prosperidad de su negocio depende de los gustos del público, no puede permitirse el lujo de ignorar lo que piensan cada día los 900 millones de usuarios de Facebook, o lo que dicen los más de 400 millones de tuits diarios. Porque ya no se trata de vender sus productos sin más, sino de vender a cada potencial cliente exactamente lo que necesite.



Esto las grandes corporaciones lo saben ya desde hace algunos años, y lo están aplicando cada vez más, pero últimamente el desarrollo tecnológico del Big Data está permitiendo que cada vez más empresas de menor tamaño apliquen estás técnicas en su operativa diaria. Y ello está generando una auténtica explosión de este negocio, que generó más de 5.000 millones de dólares en ingresos el año pasado. Está previsto que esos números se multipliquen por 10 en tan solo cinco años.






De hecho, una buena parte de las grandes empresas tecnológicas están ya obteniendo una creciente proporción de sus ingresos del Big Data, y en el caso de algunas de ellas, como HP, embarcada en un profundo proceso de reestructuración desde el decadente negocio de las impresoras hacia otros con más futuro, el negocio de su filial de Big Data Vertica es ahora prácticamente su única tabla de salvación.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Previsiones de Bruselas

Esta mañana hemos conocido las esperadas (y filtradas) previsiones de otoño de la Comisión Europea. Pero que supiéramos ya algunos de los datos no le resta enjundia a su contenido. Aquí tienen el informe completo, aquí un mapa interactivo país por país, y aquí el apartado específico sobre España.

Estos son los aspectos más destacados de lo anunciado por el equipo del comisario Rehn sobre nuestro país esta mañana:

- Los presupuestos del 2013, papel mojado. La Comisión pronostica una caída del 1,5% el año que viene, el triple que el 0,5% incluido como referencia para las cuentas públicas por el departamento que dirige Cristóbal Montoro. Bruselas establece cuatro motivos para estas malas perspectivas de crecimiento:
1.- Un deterioro adicional del mercado de trabajo
2.- El proceso de desapalancamiento del sector privado
3.- Las medidas de austeridad
4.- Las difíciles condiciones de acceso al crédito

- Esas declaraciones de la ministra de Empleo... ¿Brotes verdes para una economía que a lo largo del año que viene va a caer a una tasa del 1,5%, y que va a ver cómo la tasa de desempleo se dispara hasta el 26,5%?

- El compromiso de reducción del déficit, por los aires. Bruselas pronostica un déficit del 8% para este año (que incluye un 1% por el proceso de recapitalización bancaria) frente al 6,3% comprometido por Bruselas. ¿Se le aplicará a Montoro las sanciones recogidas en la Ley de Transparencia por incumplimiento de los compromisos sobre equilibrio presupuestario?

- El proceso de consolidación fiscal va a ir tan lento que en 2014 el déficit se quedará, según la Comisión, en el 6,4%, el doble del 2,8% comprometido por Moncloa. No solo eso, el déficit aumentará entre 2013 y 2014, ya que pasará del 6% al 6,4%. En estas circunstancias, la deuda pública se disparará en 2014 hasta el 97% del PIB (estaba en el 35% en 2007, es decir, se habrá más que triplicado en tan solo siete años).

- La inflación, que se ha disparado hasta el 3,5% este año como consecuencia de los precios de la energía y las subidas del IVA, se irá corrigiendo en los próximos años hasta el 1,3% en 2014, lo que servirá para dar un pequeño respiro a los consumidores, que han visto cómo sus salarios caían mucho más que los precios. Y esto está teniendo consecuencias en la tasa de ahorro de los hogares, que según Bruselas descenderá hasta el mínimo histórico del 8,1% el año que viene (estaba en el 17,8% en 2009)

- No arrecia el desplome de la burbuja inmobiliaria. La Comisión, que establece una caída de los precios de las viviendas del 36% desde 2007, augura nuevas caídas en los precios durante los próximos ejercicios, hasta que se dé salida al gran stock de viviendas sin vender.

- Casi el único dato positivo lo arroja, como siempre últimamente, el sector exterior. La Comisión prevé para 2014 el primer superávit de la balanza por cuenta corriente para la economía española, que lograría así capacidad de financiación frente al resto del mundo (en 2007 España tenía una necesidad de financiación equivalente al 10% de su PIB) y todo ello gracias al buen comportamiento de las exportaciones y al desplome de las importaciones.


martes, 6 de noviembre de 2012

Fiscal Cliff

Por mucho que los medios intentaran mantener la emoción, lo cierto es que parecía claro desde el principio que a Obama no se le iba a escapar la victoria. En cambio, lo de verdad emocionante, en términos políticos y económicos, comienza ahora. Porque el inquilino de la Casa Blanca va a tener que tomar, junto con el Congreso y el Senado americanos, decisiones trascendentales en muy pocas semanas, que van a condicionar probablemente el futuro a corto plazo de la economía mundial.

Me refiero al Fiscal Cliff (precipicio fiscal), algo que ha pasado bastante desapercibido en la prensa española, pero que preocupa tanto en las esferas económicas, que el ministro de finanzas canadiense, en la reunión del G-20 de estos días en México, ha declarado que es un peligro potencialmente más devastador para la economía mundial que la crisis de la eurozona.

Pero, ¿qué es el Fiscal Cliff? Una combinación de recortes de gastos y subidas de impuestos por 600.000 millones de dólares que entran en vigor el 1 de enero de 2013 si nadie lo evita, y que pueden hundir al país en una profunda recesión el año que viene. Pero vamos a tratar de explicarlo un poco más en detalle:

EEUU tiene un problema de deuda pública importante, ya que ésta alcanza los 11 Billones de dólares, en torno al 80% de su PIB (porcentajes similares a los de la deuda pública de España, que ronda los 800.000 millones). La diferencia entre uno y otro es que el primero es la principal economía del mundo, y ha tenido acceso ilimitado a los mercados de capitales a precios irrisorios para financiar esa deuda, mientras que nosotros somos un país mediano que está viendo estrangulado su acceso a los mercados y por eso estamos a un paso del rescate por nuestros socios europeos (pero esa es otra historia).

Lo relevante aquí no es la deuda de EE.UU, sino su trayectoria explosiva, pues hace cuatro años ascendía a menos de la mitad, 5 Billones de dólares. Las previsiones de la Oficina de control presupuestario del Congreso (independiente, similar a la que Rajoy quiere establecer en nuestro país) apuntan a que si no se cambia la trayectoria, en 10 años la deuda de EEUU puede sobrepasar el 90% del país, umbral considerado como a partir del cual la deuda pública deja de ser sostenible, y constituiría un nivel de endeudamiento no visto desde la II Guerra Mundial.

Por eso, en 2011 el legislativo americano hizo dos cosas: en primer lugar, estableció la creación de una subcomisión que diseñara un plan de consolidación fiscal a largo plazo del país. Esa subcomisión, integrada por miembros de ambos partidos, presentó un plan a la Casa Blanca y a las dos cámaras, que sirvió de base para las negociaciones entre Obama y el líder de la mayoria republicana John Boehner, que se rompieron en verano del año pasado y motivaron la rebaja del rating por parte de Standard & Poors.

Pero el legislativo hizo ese año una segunda cosa, que fue aprobar la Budget Control Act, una ley que establece que si el 1 de enero de 2013 no se ha acordado un plan de consolidación fiscal para los próximos  años, de forma automática el presupuesto federal queda "secuestrado" en una parte sustancial de sus gastos, de aquí al año 2021.

Ocurre que el 1 de enero de 2013 es también la fecha en que expiran los recortes de impuestos para las clases media y alta del país, aprobados en su día por George W. Bush y renovados por Obama en su primer mandato.

Y ambos factores combinados, constituyen la mayor subida instantánea de los impuestos experimentada nunca por ningún país, que podría ascender, de golpe, a unos 600.000 millones de dólares, equivalente al 5% del PIB del país, o si lo prefieren, supondría una reducción automática de la renta per capita de 2.000 dólares para cada estadounidense.



Una auténtica cura de caballo a los problemas de endeudamiento que sufre el país, y que según las previsiones de los expertos podrían enviar a la economía norteamericana a otra profunda recesión, similar a la experimentada en 2009. Las previsiones apuntan a una pérdida de un millón de puestos de trabajo entre 2013 y 2014, y una contracción del PIB cercana al 3% sólo entre enero y junio del año que viene. Las consecuencias de este hundimiento lógicamente serían sentidas a lo largo y ancho del planeta.

Y entonces, ¿qué hacer? Aquí es donde surgen las disputas, porque cada uno lo ve según su prisma ideológico. Están, por un lado, los que, como Krugman, opinan que esto es una aberración, y que, tal como ha establecido el FMI recientemente, la austeridad a ultranza no ayuda a mejorar la situación de las finanzas públicas de un país si no viene acompañada de crecimiento, y que un hundimiento de la economía de EEUU a corto plazo en nada va a mejorar la perspectiva a largo plazo de la deuda del país.

Otros, en cambio, consideran que el Fiscal Cliff es un mal menor, un pequeño precio a pagar en 2013 si no queremos que dentro de 10 años la situación de la economía de EEUU se convierta en verdaderamente insostenible y termine hundiéndose.

La solución probablemente se encuentre en algún punto entre medias de ambos, pero una cosa es decirlo y otra alcanzar dicho punto de encuentro. De forma que al próximo presidente no le va restar tiempo para muchas celebraciones, tiene entre manos una tarea hercúlea de negociaciones para decidir sobre uno de los desafíos más importantes a que se enfrenta el país en años.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Crédito

Este lunes vamos a conocer datos del Banco de España relativos a la evolución del crédito a familias y empresas. (Aviso a buscadores de brotes verdes: no sigan leyendo)

La expectativa es de una nueva caída en el acceso a la financiación de ambos, como viene siendo habitual en los últimos años. Lo cual nos pone de manifiesto una vez más ante el callejón sin salida en que se encuentra la economía española en este terreno: Por un lado, necesitamos que empresas y familias recuperen su acceso a la financiación como una vía de reactivar la inversión y el consumo, indispensables para la recuperación de la actividad económica, la reducción del paro y la salida de la crisis.

Pero por otro lado, es absolutamente necesario que empresas y particulares vayan paulatinamente reduciendo su endeudamiento, pues éste es sin duda el verdadero problema de nuestra economía, y el que en buena medida va a determinar cuándo saldremos de la crisis.

Estos días el BCE ha hecho público un informe sobre las condiciones de acceso al crédito por parte de las pequeñas y medianas empresas de los distintos países de la eurozona (que generan el 70% del crédito bancario en Europa), y para España sus resultados son desoladores. Las compañías españolas son las segundas más angustiadas por sus condiciones de financiación, sólo superadas por las empresas griegas, y son las que en los últimos seis meses han sufrido una elevación porcentualmente más acusada en los tipos de interés que pagan por esos préstamos.

Por ponerlo en números, y también según datos del BCE: una empresa española hoy día paga, por un préstamo de hasta un millón de euros, un tipo de interés un 46% superior a la media de la eurozona ( y un 59% superior a lo que pagan las empresas alemanas).

Si el Gobierno termina pidiendo el rescate a sus socios de Bruselas no será, como algunos creen, por su incapacidad para financiarse en los mercados, sino porque el coste que al Tesoro le supone obtener esa financiación constituye un benchmark demasiado alto para el sector privado, que de esta manera se ve en muchos casos privado de la financiación necesaria para sobrevivir. Esto es lo que a día de hoy está estrangulando a la economía española.

¿Y por qué no hay crédito, o éste es tan caro? Hay varios motivos, que afectan tanto al prestamista como al prestatario. Los bancos tienen muchas dificultades para acceder a financiación en los mercados mayoristas, y además, están sujetos a un proceso de saneamiento de sus activos como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria que ha provocado la petición de ayuda financiera europea para el sector. No es de esperar que la puesta en marcha del banco malo permita un cambio en sus políticas de concesión de créditos.

Pero es que incluso aunque los problemas de las entidades españolas se arreglaran de la noche a la mañana (algo improbable), el crédito tampoco volvería a fluir como antes de la crisis. Porque la crisis ha hecho estragos sobre la capacidad de muchos agentes económicos que antes sí tenían acceso a la financiación, porque no parece que a corto-medio plazo vaya a volver una nueva burbuja inmobiliaria, tan intensiva en crédito, y sobre todo, porque antes de pensar en incrementar su endeudamiento, el primer objetivo para una gran mayoría de empresas y ciudadanos debe ser reducir sus niveles de endeudamiento.

Como explica José Luis Leal, nuestro problema no es la deuda pública, sino la suma de ésta con la deuda privada, que en términos netos alcanza el 90% de nuestro PIB, más de 900.000 millones de euros que debemos al resto del mundo, y que tarde o temprano vamos a tener que ir pagando entre todos.

Por cierto, la caída del crédito no es un fenómeno que ocurra solo en España, sino que se registra a lo largo y ancho del continente europeo. De hecho, la financiación corporativa ha descendido en septiembre un 0,8%, la mayor caída desde octubre de 2009, en plena Gran Recesión. Lo cual podría tener implicaciones negativas para la cotización del euro. La moneda única se contrajo en casi un 6% en los tres meses posteriores a ese desplome del crédito.