Los expertos en propaganda política hace ya mucho tiempo que
comprobaron que los mensajes positivos son mucho más efectivos sobre la
población a la que se quiere influir, que los negativos.
Los americanos, durante la Guerra Fría, lo comprobaron muy
pronto: las operaciones de generación de opinión contraria al régimen soviético
que ponían el foco en las maldades intrínsecas del régimen de Moscú caían en
saco roto entre la población local, que, en un instinto reflejo, se aglutinaba
aún más en la defensa patriota frente a los ataques externos.
En cambio, cualquier película de Hollywood que reflejaba el
modo de vida y los valores occidentales generaba mucha más desconexión en la
población soviética entre la realidad que constituía su día a día en una
dictadura comunista y sus aspiraciones. Se podría decir que Spielberg y Lucas
tuvieron más que ver que Ronald Reagan en la Caída del Muro de Berlín.
Pues bien, todo esto me sirve de introducción para lo que
quería reflexionar aquí: el movimiento soberanista catalán ha sido combatido
hasta ahora de muchas maneras por parte del gobierno español; por la
vía judicial (principalmente) a través de la política (menos de lo deseable) y mediante
las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado (con los resultados chapuceros a
la vista de todo el mundo del pasado domingo).
Pero hasta ahora no hemos visto ni un solo intento de
utilizar mensajes positivos para tratar de apelar a los sentimientos de esa
mayoría de millones de catalanes silenciosos que todo apunta a que no aprueban
lo que está sucediendo en su tierra estos días pero que, como los rusos
pre-perestroika, tampoco entienden que desde el resto de España se les insulte
a diario.
Este es el video que difundió el PP tres días antes del referéndum,
despotricando contra algunos representantes de las instituciones catalanas:
¿En serio es tan difícil para el recio orgullo castellano
apelar a los sentimientos y lanzar un mensaje de acercamiento en positivo, en
estos momentos tan terribles?
¿No sería mucho más eficaz poner el foco en lo que nos une,
y no en lo que nos separa, y en lugar de ese video chapucero, establecer desde
el Gobierno una campaña de comunicación que contara con catalanes de pro
(Serrat, Francino, Pau Gasol, etc.) que apelaran a todos los estrechos lazos
que nos unen?
No es que esté inventando la rueda proponiendo esto. David
Cameron, que tampoco es que fuera un lince político, como se vio después con el
Brexit, ya tuvo el suficiente sentido común como para afrontar el referéndum de
independencia escocés apelando a lo que unía a ingleses y escoceses, antes que
denostando a estos últimos:
PR disaster
Y es que en definitiva, lo que más está poniendo de
manifiesto esta crisis con respecto al Gobierno español, aparte de sus errores
policiales y de cálculo político, es su absoluta incapacidad para gestionar la
comunicación del conflicto. En ese sentido, la Generalitat de Puigdemont
(periodista de profesión) lo está sabiendo gestionar mucho mejor.
Llevo en esto los suficientes años como para conocer las
limitaciones de la comunicación, soy escéptico con tanto gurú del PR que vende
humo empaquetado, pero lo cierto es que, viendo estos días la forma en que está
gestionando el Gobierno esta crisis, se hace evidente que ahora mismo en
Moncloa, por encima de juristas y expertos policiales, lo que más se echa en
falta es un Dircom