miércoles, 11 de septiembre de 2013

Diada



Entrando en aguas pantanosas con este post...

Me llama la atención que los organizadores de la Vía Catalana citan, como su principal objetivo de las movilizaciones de hoy, la toma de conciencia internacional sobre su reclamación por la recuperación de la independencia política que Cataluña perdió tras tomar Barcelona las fuerzas borbónicas el 11 de septiembre de 1714.

Y sin embargo, realmente, Cataluña no perdió su independencia política con la victoria de Felipe V en la Guerra de Sucesión. Sí tuvo que renunciar, efectivamente, dentro de las disposiciones del Decreto de Nueva Planta de 1716, a sus instituciones políticas más representativas (Generalitat, Cortes, Consell de Cent), a su autonomía fiscal, y al uso oficial de su lengua.

Porque Cataluña, al igual que Aragón, Valencia y Mallorca, eran territorios que disfrutaban de autonomía dentro de la corona española bajo el reino de los Austrias. Y que, a diferencia del País Vasco y Navarra, perdieron esa autonomía de resultas del conflicto militar que implicó a toda Europa al inicio del siglo XVIII (y que provocó, entre otras cosas, la pérdida de Gibraltar y Menorca a manos de los ingleses).

Pero si Cataluña se gestionaba con cierta autonomía hasta 1700, no era ni mucho menos un territorio independiente de la monarquía española. No formaba una entidad política independiente, y los monarcas de la casa Habsburgo ejercían su soberanía sobre todos los catalanes.

En los últimos 500 años, el único momento en que Cataluña ha constituido en efecto una entidad política independiente de España ha sido en la docena de años transcurrido entre 1640 y 1652. En otra entrada de este blog ya expliqué lo que ocurrió entonces.

De forma que, cuando los promotores de esta movilización en Cataluña aducen que apuestan por la independencia y por la recuperación de las libertades públicas de que disfrutaban los catalanes hace 300 años, me envuelve la duda, porque ambas cosas no son exactamente lo mismo.

Si lo que pretenden es conseguir la independencia (lo cual, por otro lado, es perfectamente legítimo) deberían al menos evitar el empleo del concepto "recuperar" para describir algo que nunca existió.

Si lo que pretenden es recuperar lo perdido a raíz de los sucesos de 1714, me parece muy bien, salvo por un pequeño detalle: ya lo han recuperado casi todo. Existe una Generalitat que se gestiona autómamente, unas cortes catalanas que son capaces de legislar las políticas que consideren apropiadas los representantes de la ciudadanía catalana, una ciudadanía que puede desenvolverse en su propia lengua para todos los actos de su vida cotidiana.

¿Qué es la única cosa perdida en 1714 y que los catalanes nunca han recuperado? La autonomía fiscal. ¿Ah, pero entonces, todo este asunto, es una cuestión de dinero? Acabáramos...

DISCLAIMER
Vaya por delante que defiendo un mejor encaje de los catalanes en el conjunto de España, uno en el que los catalanes se puedan sentir a gusto, y creo que es legítimo que aspiren a conseguir un modelo fiscal que sea más justo. La obligación del gobierno español y catalán es dialogar para tratar de obtener un modelo que sea justo tanto para los catalanes como para el conjunto de los españoles, y la mejor manera de resolver las dificultades es por la vía del diálogo. Poner pie en pared y negarse a discutir constituye por parte de Madrid la vía más rápida hacia la consecución de la independencia de Cataluña.

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Una última cuestión: el siglo XVIII marca no solo el final de la autonomía catalana disfrutada con los Austrias, sino también el despegue de la prosperidad comercial catalana. Los Borbones obligaron a los catalanes a contribuir por vez primera con sus impuestos a la hacienda española, pero a cambio les abrieron las puertas a dos mercados decisivos y que hasta entonces tenían vedados: Castilla y América.

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