domingo, 7 de octubre de 2012

El Clásico

Antes, cuando solo había dos Madrid-Barcelona al año, cada encuentro entre los colosos del fútbol español era considerado por todos como el partido del siglo. Ahora que tenemos 10 o 12 cada temporada, la gente ya ha perdido un poco de interés; "¡Sí, qué partidazo, me ha gustado más que el del mes pasado!"

Pues con las cumbres europeas  pasa un poco lo mismo. Al principio, cuando había una reunión de líderes al más alto nivel para resolver el futuro de la economía europea parecía que estábamos asistiendo a la historia en directo, y que los mandatarios no iban a salir de su reunión sin cambiar el mundo.

Más de 20 reuniones en el espacio de tan solo tres o cuatro años después, se aprecia el mismo hastiado cansancio; ¡"El euro se juega su futuro en las próximas semanas!, ¡Europa inicia otro mes de infarto para dilucidar si será capaz o no de superar la crisis!". "Sí, sí, a ver si este momento histórico no me lo pierdo, que el anterior me pilló fuera de fin de semana...".

Pero lo cierto es que, aunque se haya convertido ya en un topicazo, la semana que empezamos este lunes supone el comienzo de un periodo absolutamente decisivo, en que el muy probablemente se van a decidir cosas que van a afectar al futuro de todos los españoles durante unos cuantos años. Mi opinión personal es que antes de que termine el mes en curso Moncloa habrá por fin descolgado el teléfono...

Para empezar, este mismo lunes los ministros de finanzas de la zona euro se reúnen en Luxemburgo en el seno del Eurogrupo, que tendrá su continuación al día siguiente con el Ecofin, la reunión de los ministros de Economía de los 27 países de la Unión. Ese mismo martes, la canciller Merkel hará la que es probablemente su visita de Estado más complicada hasta la fecha: se desplazará a Atenas, en un viaje que sin duda va a estar cargado por la tensión política y social que vive el país.

El miércoles, por su parte, el presidente Rajoy se desplazará a París para reunirse con Francois Hollande, una visita destinada a buscar puntos de encuentro entre ambos países de cara a la reunión más importante de todas, la de los jefes de Estado y de Gobierno que tendrá lugar en Bruselas la semana que viene, el 18 y el 19 de octubre (dos días antes de las elecciones gallegas y vascas).

El Eurogrupo y Ecofin de esta semana son preparatorios pues de esa cumbre de líderes de la semana que viene. Pero son realmente importantes pues en ellos se va a hablar sin duda de España (y me temo que no precisamente de forma positiva), si bien no es de esperar que de Luxemburgo salgan noticias definitivas sobre la línea de crédito ("lo que ustedes llaman rescate") que se está negociando para nuestro país.

Lo cual no quiere decir que no se vayan a debatir asuntos que sin duda van a condicionar dicha petición de ayuda por parte del Gobierno. En especial, lo relativo a la posible recapitalización directa de la banca mediante el fondo de rescate europeo. España está tratando por todos los medios que dicha ayuda no se contabilice como deuda pública española, pero cuenta con la cerrada oposición de Alemania y sus secuaces, que cada día ponen más barreras; la última idea que han flotado es que, incluso en el improbable escenario de que el supervisor único estuviera listo para funcionar en enero de 2013, no estaría cualificado para operar hasta que no hubiera demostrado un comportamiento intachable ("track record"), y fuera examinado por un organismo externo, es decir, que Alemania quiere retrasar todo lo que sea posible su puesta en práctica.

Pero no solo se hablará de España. Grecia y Chipre van a ser los otros dos grandes protagonistas de estos días; la primera porque los encargados del análisis sobre los progresos realizados por el país como contrapartida a su rescate han llegado a un punto muerto y no parecen ponerse de acuerdo sobre si son necesarias nuevas dosis de ajuste como respuesta a las seguras desviaciones en el objetivo de déficit; los socios comunitarios analizarán en el caso de Chipre el tamaño del rescate, así como las condiciones que deberá cumplir a cambio el país mediterráneo.

Por último, en la reunión del Ecofin del martes se tratará otra vez la posible introducción del impuesto a las transacciones financieras, pero no está previsto que el Reino Unido dé su brazo a torcer por lo que es improbable que asistamos a avances en este terreno.


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