domingo, 14 de octubre de 2012

Nobel

Para todos aquellos que han criticado como oportunista y poco merecido el premio Nobel de la Paz concedido a la Unión Europea este pasado viernes, traigo solo unos pocos datos sobre el último gran conflicto político/económico del continente que no se solucionó mediante Ecofines y cumbres de madrugada, sino por las armas, la II Guerra Mundial :



- Número de muertos: 60 millones de personas. Entre los países miembros de la UE, 6 millones en Polonia (el 15% del total de la población) 5 millones en Alemania (todavía en 1960 existían 126 mujeres por cada 100 hombres), 600.000 en Francia, 500.000 en Gran Bretaña (60.000 sólo por los bombardeos alemanes sobre Londres).
- Número de desplazados y refugiados: 30 millones de personas.
- En Alemania, el nivel de producción industrial se retrotrajo a las cifras de 1860 (el Ruhr sólo conservó un 12% de su capacidad productiva prebélica)
- Gran Bretaña, al concluir la guerra, estaba en la más absoluta ruina. Su deuda equivalía al triple de su renta nacional anual. Ni siquiera el Plan Marshall pudo evitar que en las décadas siguientes tuviera que hacer default y solicitar un programa de ayuda al FMI.

- Y esto por no sumar los otros dos grandes conflictos globales del siglo XX en los que los europeos fueron una parte muy activa: la I Guerra Mundial (15 millones de muertos) y la Guerra Fría (21 millones de muertos en los diferentes conflictos que tuvieron su origen en la forma en que quedó dividido el mundo entre las potencias vencedoras en Yalta en 1945).

- Las dos décadas de prosperidad ininterrumpidas que ha vivido el mundo desde 1991 hay que atribuirlos, en una parte no insignificante, al "dividendo del fin de la Guerra Fría", es decir, el efecto benéfico generado por la utilización de miles de millones de euros antes destinados a Defensa, hacia otras actividades de la economía.

Por todo ello, el anodino y gris Herman Von Rompuy ha dado en el clavo con una frase destinada a perdurar, al definir a la UE como "the biggest peacemaking institution ever created in world history".

Lo que estamos viviendo ahora es una crisis económica de proporciones históricas. Y como resultado de ella, los ciudadanos están pasando calamidades y se están viendo recortados aspectos esenciales de nuestra sociedad que habíamos asumido como inmutables. Puede haber disturbios, auges populistas y tensión social. Puede haber accidentes, incluso, si los líderes no están a la altura, un descarrilamiento importante. Pero incluso si ello llegara a suceder (lo cual quiero pensar que sigue siendo improbable) las vías del tren seguirían intactas.

Ni el peor de los escenarios a que se enfrenta Europa hoy en día, en ningún caso es comparable al que los europeos tuvieron que enfrentar durante buena parte del siglo pasado. Y todo eso es gracias, en gran parte, a que los europeos nos hemos dotado de unas instituciones que nos permiten dirimir nuestras diferencias mediante el diálogo. Eso, en mi opinión, se merece un premio Nobel como la copa de un pino.

1 comentario:

  1. Juan, por poner el punto crítico. Yo creo que las instituciones no deben de premiarse a si mismas. Un Nobel de la Paz tiene en Europa candidatos con nombre y apellidos para tratar de borrar otros premiados tambien con nombres y apellidos que han hecho muy poco por el prestigio del premio.
    AB

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