miércoles, 14 de noviembre de 2012

Ingresos fiscales

Interesante el informe que ha presentado esta semana la OCDE sobre los ingresos fiscales en Latinoamérica. Las economías de algunos de los países integrados en ese bloque económico están registrando progresos muy destacados en los últimos años, caso de Brasil, Colombia, Chile o Perú, pero en algunos aspectos aún tienen recorrido por delante para equipararse con las economías desarrolladas.

Uno de ellos es la existencia de sistemas fiscales sólidos que les ayuden a recaudar ingresos suficientes que permitan a los Estados realizar sus funciones básicas. Según la OCDE, el porcentaje de ingresos impositivos en relación al PIB se situó en América Latina en 2010 en el 19,4% del PIB, aún muy lejos del 33,8% de media de los países industrializados (32,9% en España).

Y eso que en los últimos años se han producido importantes progresos, pues esa brecha entre unos y otros se ha reducido en cinco puntos en los últimos 20 años. De hecho, Brasil y Argentina tienen ya ingresos fiscales equiparables porcentualmente a los de los países desarrollados. En el otro extremo se quedarían Venezuela, Guatemala o la República Dominicana, cuyos ingresos impositivos no alcanzan siquiera el 15% del PIB.

La razón principal por la que estas economías tienen unos ingresos fiscales menores es bien conocida: la economía informal representa un porcentaje muy alto de su entramado productivo (en algunos casos llega hasta el 70% del PIB) y al mismo tiempo, se produce una evasión fiscal importante por parte de las capas más favorecidas de sus sociedades.

En el caso de España, ese porcentaje de ingresos fiscales ha sufrido variaciones importantes en los últimos años.

RS ESP LineChart

Llegó a subir por encima del 37% del PIB justo antes del comienzo de la crisis, paradójicamente, cuando los impuestos estaban más bajos (cuando bajar los impuestos era de izquierdas) y ello se debía al boom económico que generaba ingresos adicionales al Estado, en especial todo lo relacionado con la burbuja inmobiliaria, ya que este sector aporta más ingresos fiscales por unidad de producción que cualquier otro de la economía (cada vez que, pongamos por caso, se produce una venta de una casa de 300.000 euros, el Estado ingresa un 8% de IVA, es decir, 24.000 euros).

Y en cambio, ahora que tanto el Gobierno anterior como el actual han subido los impuestos, los ingresos impositivos se han desplomado y ya solo representan el 31% del PIB en 2011, y ello se debe al hundimiento de la actividad económica.

Tanto es así que actualmente aparecemos bien abajo en la tabla de países europeos que menos impuestos recaudamos en proporción al PIB. (ES: España)




Nótese que los países escandinavos son los que obtienen unas recaudaciones impositivas más abultadas. En el caso de Dinamarca ascienden al 48,5% del PIB (Venezuela un 12%, recuerden). De hecho, si miramos solo a los países que entraron en la UE antes de 2004, España es junto con Irlanda y Grecia uno de los países con la estructura impositiva más reducida de Europa.

El caso de Irlanda es diferente pues, con un 29,8%, se asemeja más al sistema fiscal de EEUU, donde los impuestos en general son más bajos. (El ratio de impuestos/PIB en el país norteamericano es del 24%).

Pero en España, como en Grecia, se puede apreciar también (aunque no al nivel de Latinoamérica) los efectos de una economía informal y de una cultura impositiva demasiado laxa, que impiden a esos Estados recaudar todo el dinero que deberían para hacer frente a sus obligaciones sociales.

Y desde luego, viendo estos datos queda claro que, si deben tocarse los impuestos en el futuro en España, no debería ser para bajarlos, sino para subirlos.

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