lunes, 21 de enero de 2013

Atari

Algunas de las compañías que hoy dominan el mercado tecnológico mundial, muy posiblemente serán historia dentro de 40 años. Las empresas nacen, se reproducen, y mueren. Es un hecho. Pero no deja de producir tristeza cuando sucede, como acaba de ocurrir con Atari.

Horizontal rectangle video game screenshot that is a representation of a game of table tennis.


La firma de la primera consola videojuegos a la que jugué en mi vida (al mítico juego de tenis Pong) acaba de presentar concurso de acreedores. Obviamente, los problemas de Atari no han surgido de repente; es una empresa que hace mucho que vivió sus mejores días. El surgimiento de nuevas y mejores consolas y videojuegos, el declive de los míticos locales de juegos recreativos donde los adolescentes nos fogueábamos en los 80, y por supuesto, la irrupción de Internet, han ido poco a poco sepultando a la firma, hasta el final anunciado hoy.

Durante estas décadas, Atari ha cambiado de dueños varias veces (llegó a estar controlada por la Warner). Los actuales propietarios eran una empresa francesa, Infogrames Entertainment, que compró Atari en 1999. Tanto la matriz francesa como la filial estadounidense han presentado suspensión de pagos. La firma llegó a cotizar en París a 1.500 euros por accíón hace 12 años. Hoy, antes de ser suspendida, lo hacía a menos de un euro por acción.

Atari USA no tira la toalla, y coincidiendo con la quiebra ha decidido escindirse de la matriz francesa, con el objetivo de encontrar un nuevo comprador en los próximos meses y reflotar la firma. Lo tiene complicado, porque lo más valioso de Atari, donde Steve Jobs trabajó en 1974 como empleado antes de fundar Apple, es su pasado, con su logo inspirado en el monte Fuji.

 

En los últimos años la empresa intentó engancharse al carro de las aplicaciones para móviles, con apelación a la nostalgia mediante juegos que evocaban sus éxitos de los años 70. Parece que no ha sido suficiente para evitar su final.

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