sábado, 12 de enero de 2013

Banca de EEUU

Los resultados de Wells Fargo, conocidos este viernes, han inaugurado la temporada de publicación de las cuentas trimestrales de las entidades financieras en EEUU. Quizá el nombre de esta compañía no le suene mucho, pero es el mayor banco del país por capitalización bursátil. Con 184.000 millones de dólares de valor en bolsa, es un monstruo de banco, el doble de grande que, por ejemplo, el Santander.

Sus resultados también incluyen cifras monumentales.Entre octubre y diciembre, la entidad radicada en San Francisco obtuvo beneficios de 5.100 millones de dólares; en todo el año 2012 alcanzaron los casi 19.000 millones. (Por comparación, el Banco Santander, el mayor banco español, ganó de enero a septiembre 1.800 millones de euros).



Wells Fargo es una máquina de ingresar dinero, y es también el mayor proveedor de crédito para la compra de vivienda del país. Solo en el cuarto trimestre, originó hipotecas por valor de 125.000 millones de dólares.
Y sin embargo, no deberíamos dejarnos engañar por esos números mareantes, pues la realidad es que parte de esa exuberancia puede ser artificial, y esconder una situación de falta de rentabilidad por parte de Wells Fargo y de muchos bancos de EEUU.

La cuestión es que gran parte de esos ingresos se explican por la agresiva política económica diseñada por las autoridades del país para hacer frente a la situación económica. La Reserva Federal lleva ya tiempo no solo con los tipos de interés en el 0%, sino también comprándole de forma agresiva a los bancos bonos hipotecarios para abaratar aún más el coste de financiación a los agentes económicos. Lo que ocurre es que luego los bancos no bajan los tipos a sus clientes tanto como a ellos se les ha abaratado la financiación. Y en esa diferencia se explica buena parte de los inmensos beneficios de entidades como Wells Fargo.

Y sin embargo, la acogida del mercado a sus cuentas no fue ayer favorable. Y ello tiene que ver con el margen de intermediación. La entidad ha visto cómo ese ratio ha ido decreciendo paulatinamente, y en el último trimestre bajó al 3,56%. Básicamente, lo que mide el margen de intermediación es la rentabilidad que un banco es capaz de obtener al dinero que presta o invierte, procedente de los depósitos de sus clientes (es la diferencia entre lo que una entidad cobra por los créditos y paga por los depósitos).

¿Y qué ocurre? Pues que bancos como Wells Fargo están sentado sobre una gran montaña de dinero, pero no se deciden a prestarlo a ciudadanos y empresas, ya que la situación económica ha provocado que muchos de sus clientes no reúnan las condiciones para obtener un crédito. Y si un banco no presta dinero, tiene menos posibilidades de ganar dinero.
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Es decir, que en EEUU se conceden pocos créditos, y en cambio, los depósitos están en máximos (alcanzaron los 10,6 Billones de dólares a finales de 2012). Esto lo podemos ver en el ratio créditos/depósitos, que antes de la crisis estaba en el 95%, y ha descendido hasta el 72%.

Para que se hagan una idea, este mismo ratio está en el 111% en Europa: Es cierto que en los últimos meses las entidades europeas lo han ido rebajando el porcentaje, conforme reducían su crédito, aunque esto no es así en el caso de España, donde está en el 120%, y no ha dejado de subir en 2012, no porque haya crecido el crédito, sino porque han caído los depósitos.

 

Es decir, que en contra de la creencia de muchos, la banca de EEUU es ahora mismo mucho más conservadora en su gestión que las entidades a este lado del Atlántico. La banca minorista, al menos. Otra cosa es la banca de inversión. Y en cualquier caso, no deja de ser relevante que el sistema financiero que dio origen a la crisis hace cinco años haya conseguido reconstruir sus balances con tanto éxito como para que ahora mismo muchas de sus entidades naden en liquidez, y estén absolutamente preparadas para afrontar cualquier eventualidad.

No tendrán un modelo muy rentable; quizá, como Wells Fargo, hasta sean entidades aburridas y con poco glamour, pero al menos, como afirma Warren Buffett, "podemos estar seguros que ahora los bancos americanos no van a meter en problemas al país". Y Buffett no lo dice por decir; posee participaciones significativas en cuatro de las siete mayores entidades financieras de EEUU. Entre ellas, en Wells Fargo, donde es el accionista mayoritario.

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